A raíz de esta noticia y sin entrar en mas detalles de la misma: "Condenado el SERMAS a pagar 60.000 euros por el retraso en el diagnóstico de un cáncer de mama en su Centro de salud, después de la primera ecografía mamaria cuyo resultado, erróneamente, se consideró como benigno" ;
Parece oportuno
reflexionar sobre la importancia de las pruebas diagnosticas -en este caso ecografías- dentro del ámbito de la atención primaria, no solo desde el punto de vista clínico,
sino también legal.
Y es que, siempre nos pareció
un dislate, la aparición en los centros de salud, hace algunos años, de esos "monstruosos juguetes con ruedas": los "ecógrafos", que además
venían rebautizados como "los nuevos fonendos del siglo XXI" prometíendo
-una vez más- transformar mágicamente la Medicina en una ciencia exacta, desde el
plano diagnostico.
No por repetitivo deja de sorprender: la ausencia del sentido de realidad y responsabilidad por parte de los supuestos gestores políticos de la sanidad, pues siendo y sabiendo que el problema principal de las consultas medicas de atención primaria es: la falta de tiempo para atender a los pacientes (recordemos, menos de seis minutos por cada uno), tiempo que no permite apenas ni mirar a los ojos del paciente o realizar una exploración física y anamnesis adecuada, (en el caso de los niños, es el tiempo que se tarda en vestir y desvestir a un bebé), tiempo reducido en el que hay que manejar ademas un disparatado y complejo programa informático así como realizar otras tareas administrativas y extramedicas.
En estas condiciones, asignar al medico de familia la tarea de manejar técnicamente ese u otro medio diagnostico y la responsabilidad de dicho diagnostico, nos parece un atropello mas.
Es por eso que siempre nos pareció un "juguete" costoso, inútil y peligroso para el médico de familia en su circunstancia, y no tanto por lo que
se ve a través de el, sino sobre todo por lo que no se puede ver.
Y es que, para establecer un diagnostico en base a cualquier prueba técnica, se requiere además del propio elemento tecnológico, de otros factores esenciales como son: tiempo, cualificación
y complementariedad de otras pruebas.
... Y como todo -y sobre todo- en Medicina: de una pormenorizada anamnesis y exploración física: lo que a su vez requiere aun mas, del primer factor ausente y determinante: "el tiempo".
... Y como todo -y sobre todo- en Medicina: de una pormenorizada anamnesis y exploración física: lo que a su vez requiere aun mas, del primer factor ausente y determinante: "el tiempo".
No dudamos que los médicos de familia estemos capacitados para aprender a manejar técnicamente cualquier aparato como el ecografo, el microscopio electrónico, TAC, RMN o cualquier técnica de laboratorio, pero como toda técnica exige de los elementos antes citados, fundamentalmente de tiempo. Recordemos que la ecografía como materia integrante de la radiología es una especialidad que requiere de más de 4 años de formación.
Por lo demás y visto lo visto, no hace falta ser "Rappel", para adivinar lo que puede haber detrás de esas costosas y cuantiosas adquisiciones, sobre todo cuando existen tantas otras deficiencias y necesidades: desde el mobiliario de las consultas (a menudo en situación penosa, cuando no peligrosa): sillas, mesas, persianas, etc, o los ordenadores: que recuerdan a los primeros spectrum y su sonido, al motor de las legendarias Harley-Davidson.
Por otra parte resulta comprensible y natural que muchos compañeros hayan aprendido y les guste el manejo de los ecografos como medio de orientación diagnostica, que puede a veces adelantar tiempos, dada la
natural curiosidad científica y la consustancial tendencia a asumir responsabilidades por parte del medico, en general.
Pero en el fondo consideramos que lo que se esconde detras de estas "operaciones de imagen" de cara al votante, es la demagogia y la manipulación por parte de los políticos gestores de la sanidad, pues parece que lleva la firma inequívoca y el sello
identificativo de sus autores: "la ausencia de
responsabilidad".
Como siempre, nos iluminamos con las palabras del maestro Gregorio Marañon:
"La naturaleza no regala nada; lo da todo; mas es preciso vencer su generosidad con un esfuerzo intelectual previo. Así pues el que observa los hechos, en realidad lo que hace es dialogar con el cosmos y con Dios, exactamente igual como el que, cerrados los ojos e inmóvil, piensa.
Del prólogo El dolor en cirugía, de A. Fuente Chaos, 1946, OC.I, pág. 259.
Como siempre, nos iluminamos con las palabras del maestro Gregorio Marañon:
"La naturaleza no regala nada; lo da todo; mas es preciso vencer su generosidad con un esfuerzo intelectual previo. Así pues el que observa los hechos, en realidad lo que hace es dialogar con el cosmos y con Dios, exactamente igual como el que, cerrados los ojos e inmóvil, piensa.
La técnica es el instrumento para que ese diálogo entre el espíritu y
la naturaleza se realice del todo más perfecto, y para que el fruto de
ese diálogo se convierta en utilidad directa, que aprovechará el ser humano
y cada vez un número mayor de seres humanos.
La técnica, pues, está embebida de pensamiento, de lo más alto de nuestra semi-divina jerarquía. Su esqueleto está hecho de materia sólida, pero dentro de ese esqueleto alienta un alma amasada con lo más delicado del espíritu."
La técnica, pues, está embebida de pensamiento, de lo más alto de nuestra semi-divina jerarquía. Su esqueleto está hecho de materia sólida, pero dentro de ese esqueleto alienta un alma amasada con lo más delicado del espíritu."
"Técnica es desde que el hombre existe, pura
y simplemente ansia de sufrir, de luchar contra esa cadena que Dios, es cierto,
ha fulminado contra el ser vivo, pero añadida generosamente la ilimitada
posibilidad de atenuarla por el esfuerzo nuestro, hasta que el último dolor sea
cancelado.
Acaso ese día sea el último de la humanidad, porque la suprema razón del impulso vital está en la lucha contra el dolor, que parece inevitable, pero que Dios nos ha dado con el ansia por sojuzgarlo."
Acaso ese día sea el último de la humanidad, porque la suprema razón del impulso vital está en la lucha contra el dolor, que parece inevitable, pero que Dios nos ha dado con el ansia por sojuzgarlo."
Del prólogo El dolor en cirugía, de A. Fuente Chaos, 1946, OC.I, pág. 259.