miércoles, 5 de octubre de 2022

La vocación médica: qué es y para que sirve


Ciencia y caridad. Picasso


Tratamos de nuevo este tema porque lo consideramos esencial, especialmente para estudiantes de Medicina o médicos en formación, y  lo hacemos encabezando “con letras de neón” estas luminosas palabras del maestro del humanismo médico: Gregorio Marañón:

“La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres. Todo lo que se hace sin vocación, por importante que parezca, se marchita como una flor. Todo lo que se hace con vocación, fructifica para siempre.  Hay que hablar, por eso, incesantemente de la vocación.
 
Las vocaciones son de dos categorías: las vocaciones de amor que son únicas, intransferibles y desinteresadas, y las vocaciones de querer, que pueden ser múltiples, que cambian de sentido y que son, por nobles que sean, interesadas.


A partir de mi vocación de médico -una vocación de querer, pero con ribetes muy fuertes de amor-  voy a plantear de nuevo este problema trascendental para los jóvenes, para enseñar la vocación a sus hijos*                             

 (* Del libro "Vocación y ética", G. Marañón)

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 Cuando hablamos de vocación, todo el mundo sabe lo que es, por lo que no suele ser necesario definirla, dándose por hecho que existe en profesiones como: médicos, enfermeras, maestros, sacerdotes, policías, etc. 

Pero si nos enfocamos en la vocación médica: podríamos definirla como la tendencia natural para ayudar -más allá del deber- a los demás y singularmente al enfermo; requiere para ello de aptitud, preparación, dedicación y responsabilidad.

Si analizamos detalladamente esta definición, nos aportaría más luz:

"Tendencia natural": quiere esto decir, que es una predisposición personal y por ello nace interiormente.

"Ayudar a los demás y mas singularmente al enfermo"porque no se trata  -tanto o solo- de curar, aliviar o consolar al paciente como enfermo, sino también de ayudar al hermano menesteroso. Es por ello por lo que el médico, especialmente el de familia, debe afrontar en su ejercicio profesional, multiples  situaciones y problemas humanos, a veces incluso haciendo labores de consejero familiar o matrimonial.

"Mas allá del deber": es esto lo que singulariza y marca la categoría o "los quilates"  de la verdadera vocación, cualquiera que esta sea,  pues se trata simple y llanamente de generosidad o si se quiere mas bellamente expresado, de amor.

Como dice  G. Marañón:

La vocación genuina, pudiéramos decir ideal, es algo muy parecido al amor: Es -ha dicho Pierre Ternier- una “pasión de amor”. *GM.

"Requiere para ello de aptitud, preparación, dedicación y responsabilidad”: Lo cierto es que si no, seriamos simples curanderos o puros chamanes. 

La aptitud, -sin entrar en criterios léxicos- queremos entenderla como esa tendencia natural de ayudar al enfermo y requiere de preparación para darla forma y solidez, asi como dedicación y reponsabilidad para que resulte fecunda.

La vocación podríamos afirmar que -como las plantas- se puede cultivar, hacer crecer o también se podría marchitar. 

 Y una forma de alimentarla o fortalecerla es dotando de trascendencia el acto medico, y para ello nada mejor que hacerlo desde la fe para los creyentes, o desde la pura racionalidad: sabiendo de la contribución al bien común; en cualquier caso, el bien tiene asimismo su propia dinámica.
Y es que  la vocación médica, tal vez tenga la singularidad -como la dinamo de los vehículos- de retroalimentarse con el ejercicio o el movimiento.

 

  * Como dato anecdótico, nos comentaba un colega que cuando comenzó a trabajar, le ayudaba mucho para fortalecer la motivación y vencer la inseguridad consustancial a la profesión médica -por ser una ciencia inexacta-, que antes de empezar cada jornada escribía y mentalizaba las palabras: “trato de ayudar”, lo que sin duda marcaba una actitud humilde y fecunda.

sábado, 1 de octubre de 2022

La psicologia de las masas y su manipulación

Pink Floyd - Another Brick In The Wall : El control mental de los niños

 

Se trata de un tema dentro de la psicología social, que resulta trascendental en la historia de la humanidad y quizás todavía no valorado en su dimensión real,  pareciendo reservado solo para publicistas y asesores políticos.

Sintetizando a Marañón y Ortega y Gasset, podríamos definir a las masas por tres características:  

1-     1- La ausencia de responsabilidad (“se diluye como la tinta en el mar” en palabras de G. Marañón).  2- Desvalorización de la razón, que es sustituida por la emoción, y la verdad por la sugestión.   3- Su gran contagio por mimetismo:

 Todo lo cual las hace especialmente vulnerables a la manipulación, especialmente por parte de aquellos que carecen de freno moral (psicopatas sociales), y que precisamente por ello, disponen de una energía suplementaria que seduce e hipnotiza a las masas bloqueadas por el miedo;  El origen a nivel antropológico según Marañón, podría estar en nuestro pasado mas ancestral: cuando el hombre de la caverna era atacado por fieras u otros peligros, eran precisamente estas personalidades las que lideraban la “manada”.

Esta "falla" o telón de Aquiles de la naturaleza humana, hace fácilmente manipulables a personas, grupos, sociedades, naciones e incluso civilizaciones, especialmente en atmósferas de miedo.

El primero que lo describió fue Gustave LeBon en su libro “La psicología de las masas”(1898)  al observar perplejo durante la revolución francesa, como se producían hechos psicológicos paradójicos y aberrantes,  por ejemplo: el panadero o frutero del barrio, siempre cordial y entrañable, se convertía, al albor de la revolución, en el mas cruel y despiadado asesino incluidos de aquellos que antes eran sus clientes y amigos especialmente si estos eran  ricos, cristianos o simplemente que no comulgasen con la revolución.

Esa misma transformación -cual  Dr. Jekyll y Mr. Hyde- también se observó durante la Guerra civil española por cualquiera de los dos bandos, por ejemplo quien antes reservaba la iglesia para su boda o el bautizo de su hijo, mas tarde imbuido por la ideología revolucionaria, era quien con  mas saña  quemaba y  profanaba iglesias  o asesinaba cruelmente a curas, monjas, creyentes, o a quienes simplemente portasen una cruz,  (Recordemos que la razón y la verdad carecen de valor en estos contextos)

La segunda guerra mundial y el nazismo brindaron la observación de este  mismo fenómeno sociopatológico en todos los paises implicados, recordamos la novela de Alberto Moravia El conformista donde un funcionario gris y cumplidor se transforma en colaborador eficiente y cruel del fascismo, para luego volver de nuevo a su puesto de funcionario.

La pregunta que queda en el aire, es: ¿donde estamos hoy? .