viernes, 14 de diciembre de 2018

Navidad: la primavera de las personas


Llega la Navidad, y con ella surgen en casi todas las personas un cúmulo  de sentimientos: de ilusión,  alegría, y también de melancolía y tristeza.

Esa tristeza que conlleva desanimo, seria saludable reorientarla en positivo, porque el espíritu de la navidad, por encima de todo, es  tiempo de esperanza.
Y se puede influir en las emociones, con un mayor reconocimiento de la realidad, pues  a veces  hallarse entre los árboles,  no nos permite ver  el bosque en su conjunto; y tener la posibilidad de  mirar mas allá de nuestros ojos, siempre nos permitirá elegir mejor por que acera ir: la que da mas el sol o la sombra

Y una de las cosas mas ciertas es que la Navidad es nacimiento y renacimiento para las personas: es la renovación del "divino préstamo" de vivir cada año, el "segundero de la civilización y de la historia", se podría decir que "la Navidad es para las personas, lo mismo que la primavera para las plantas", pues simboliza el nacimiento y renacimiento de nuestra civilización, es el  niño que nace, o la flor que surge en cada año.

Pero la Navidad por encima de todo significa fortalecimiento de las raíces personales y sociales, a través de la familia, que es la columna principal de la persona y por ello de la sociedad, solo por eso ya seria saludable. Es la época en la que se come en unión, ósea “comunión”  con los seres queridos.

También para la salud, la Navidad significa renovación y fortalecimiento de la inmunidad del cuerpo y la mente. pues hay un acumulo de energía y vitalidad, es el momento de “recargar las pilas” con los alimentos mas energéticos y saludables; No por casualidad es la época de las naranjas y mandarinas: uno de los divinos talismanes de la salud. 
La de los turrones, mazapanes, pasas, etc.. tratando de evitar los excesos permanentes.
No hay que olvidar tampoco  el ejercicio físico,  que en esta época, aunque sea de frio  -convenientemente abrigados y a las horas mas templadas- también resulta en general saludable.
Pero sin duda los dos riesgos que más atenazan el ánimo de la Navidad son la melancolía y la tristeza, según cada persona o circunstancia, y es que significa también recordar a los seres queridos que ya no están o épocas infantiles de ilusión y magia que se fueron
Para los que tienen Fe es mas fácil reorientarlo todo en positivo  pues esta les permite concebir la vida desde la trascendencia y la eternidad, además de ser la conmemoración del acontecimiento mas importante desde que el mundo es mundo: la venida de Dios haciéndose hombre. 

Pero para todos es el  momento en que padres  y sociedad se confabulan para sembrar ilusión en los niños, y por tanto esperanza.
Y es que. como  dice José Luis Martín Descalzo:
 " A pesar de las miserias del mundo, cada niño que nace, cada día que amanece, cada Navidad que celebramos, es la prueba palpable y fehaciente de que Dios ha apostado por el hombre”.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Hablar mal de otros médicos

 
Gregorio Marañón y Jimenez Diaz
Aunque ya hablamos de este tema en otra entrada del blog: sobre compañerismo médico, señalándolo como un indicativo de los quilates profesionales y humanos -nunca disociables- en el  médico.
Pero ampliamos su contenido, dado que tal vez hoy, se encuentra un poco trastocado, pues atravesamos tiempos de crisis de valores y con una situación socio-laboral del médico, singular caracterizada por su precariedad y explotación, lo que puede generar un "salvese quien pueda".
 

"Nos atreveríamos a definir el compañerísmo médico como el fraternal sentimiento de amistad que surge espontáneo, hacia quien comparte el mismo camino y destino: la dignidad humana y hacia quien sostiene el mismo peso: el de la responsabilidad".
  Y como siempre, nos iluminamos con las palabras del maestro Marañón: 
Hablar mal de otro médico es, por muchas razones que tengamos para ello, hablar mal de la Medicina, y por lo tanto, hablar mal de nosotros mismos.
La Medicina vive de su indudable eficacia, cada día mayor; pero vive también y actúa beneficiosamente gracias a su prestigio, al mito de su eficacia, que es parte del honor profesional.”


" Cuidar ese prestigio es obligación primordial de los médicos,
sin mas limitaciones que las que impone la salud del enfermo y la propia conciencia"
Desautorizar la actuación de un colega puede convenir a la vanidad o al interés inmediatamente del que critica; pero pronto la piedra, de rebote, caerá cabeza y sobre la cabeza de la Medicina. 
  
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El pecado de los médicos, de unos decenios a esta parte, es el profesionalismo; el haber abdicado de cuanto tenia nuestra misión de entrañable, de generosa "de sacerdotal" según la consabida frase hecha, para intentar convertirla en una profesicientífica, esto es exacta, como la del ingeniero. o la del arquitecto, o, en cierto modo, la del boticario; pero, además, en una pingüe profesión
El negocio resulta francamente malo para el medico. por mucho que quiera, su ciencia seguirá siendo una ciencia embrionaria, llena de lagunas e inexactitudes...  Y estas solo se pueden disimular con amor"