martes, 17 de octubre de 2023

Médicos estrella y médicos maestro




    “Yo respeto la Medicina, porque la amo, y es el amor la fuente suprema del culto, en lo humano como en lo divino. 
    Pero el amor es también, o debe ser también, crítica.
    Solo cuando desmenuzamos en el objeto amado cuanto tiene de deleznable, acertamos a encontrar, allá en el fondo, lo que tiene de imperecedero.”

                                         Gregorio Marañón

 

   Analizar de forma crítica, aspectos de la profesión que uno ama, siempre resulta doloroso pero también es un compromiso moral, y en este caso además: lo prometido es deuda.

   Y es que observamos en la actualidad, el encumbramiento social de un determinado tipo de médicos que denominamos "médicos estrella" y que consideramos, como las estrellas de cine, más personajes artificiosos que parecen buscar los focos para verse iluminados, pudiendo resultar vacuos.

    Ello en contraposición con el médico sabio de siempre, que huye de los focos si no es para dar luz, y su signo patognomónico es la autenticidad y por ende la humildad. Y que denominamos "médicos maestro".

    El médico maestro arrastra una trayectoria vital de verdad, trabajo, estudio y sacrificio, a menudo reflejado en obras forjadas con tesón, vocación y amor.  Pueden ser catedráticos “de los de Verdad” o heroicos galenos anónimos.

    El médico estrella por el contrario, arrastra una trayectoria profesional exteriorizada, jalonada de jefaturas y títulos otorgados por instituciones públicas o privadas, sobre todo del mundo anglosajón, y cuyo meritaje puede ser difuso y arbitrario.
   En el caso de instituciones públicas puede ser por criterios políticos; 
 Y en las privadas, por cualquier circunstancia que valore un consejo de administra-ción de empresa, como por ejemplo poseer apellido frances, catalan o sefardi, si es un centro sanitario gestionado por empresas con tal titularidad o influencia.

  El médico maestro tiene discípulos y crea escuela, aun sin saberlo / El médico estrella tiene colaboradores y crea agencias de colocación.
      - Unos, a la manipulación social lo llaman mentira o error, y la repudian / Y los otros: lo llaman "inteligencia social", y la asumen.
      - Unos son maestros con discípulos / y los otros son jefes con subordinados
     - Unos construyen obras, piedra sobre piedra, con visión de eternidad / Otros oportunistamente asumen trabajos de sus colaboradores.
    - Unos esparcen semillas que serán fruto, que a su vez volverán a ser simiente /  Y otros, como los fuegos artificiales, emiten luces y sonidos que iluminan fugazmente los cielos pero solo dejan estelas de humo y vacío.

    Es fácil ver a los "médicos estrella" brillar en los altares que les brindan los medios de comunicación y las grandes corporaciones financierascasi siempre pontificando sobre todo lo divino y humano, como: el secreto de la felicidad, la longevidad y hasta del sumsum-corda.
   Asímismo escriben -o les escriben- por encargo, best-seller de autoayuda sobre cualquier tema que sea editorialmente rentable.

  El médico maestro busca y se siente atraído por la luz de otros maestros / El médico estrella repele la luz de cualquiera que le haga sombra.

  Hemos de decir en su descargo, que el médico estrella a menudo no lo es por voluntad propia, al menos inicialmente, pues tal vez se ve arrastrado por la corriente de una sociedad vacua de valores y que necesita ídolos de barro.

Asimismo debemos reconocer a compañeros que con su trabajo social honesto de divulgación médico-sanitaria, hacen una labor ejemplar y es una prolongación de su vocación médica.
Al igual que quienes asumen hoy en día, casi heroicamente, puestos de responsabilidad institucional, ejerciéndolos con honor, compromiso y sentido de trascendencia, y  a menudo con no pocas renuncias personales.