|
Pero el cristiano, y mas en concreto el médico cristiano, tiene unas
singularidades que le hacen conllevar un compromiso, tal vez mayor. Y es
que la Fe, como vacuna que es contra la desesperanza, y como medida terapéutica adicional para afrontar el sufrimiento humano, puede suponer una mayor fuerza para enfrentarse a las dificultades vitales pero también conlleva compromisos.
"Ser cristiano no excluye la visión problemática del mundo. Todo lo contrario: nadie más que el creyente sabe que la vida es un combate desgarrador», nos dice Juan M de Prada.
Podriamos resumir estos deberes, en tres grandes apartados:
1- La humildad.
Esto incluye no ir de los buenos de la película, ni de
los más listos de la clase, entre otras razones porque el don de la Fe es
un acto de gratuidad.
2- Asumir, sin complejos, el ser cristianos.
Y es que la Fe,
también puede servir para iluminar a otros, ya se nos dice en el evangelio, que
la Luz no esta hecha para ocultarse sino para iluminar.
De hecho algunos hemos redescubierto la Fe, precisamente a
través del testimonio de otros, personalmente lo hicimos tras la lectura y el ejemplo de grandes
maestros como Marañon, Ramon y Cajal, Martín Descalzo, etc.
3- Saber que la Fe, conlleva sobre todo, acción, y ello incluye luchar contra
el pecado y las estructuras sociales de pecado, esto es: todo aquello que supone un atentado
contra la Dignidad humana.
Ya el Papa Juan Pablo II y Benedicto XVI, nos repiten, especialmente en los encuentros con los jovenes: "NO TENGAIS MIEDO"
Y tambien nos dice la madre Teresa de Calcuta:
"El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio"
"Preferiría cometer errores con gentileza y compasión antes que obrar milagros con descortesía y dureza"
Detrás de cada logro hay otro desafío.
"El amor de Cristo siempre es más fuerte que el mal en el mundo."
Y como todos los maestros, nos ilumina dejandonos esta especie de catálogo de Luz y Verdad:
EL día más bello: Hoy.
La cosa más fácil: Equivocarse.
El obstáculo más grande: El miedo.
El error mayor: Abandonarse.
La raíz de todos los males: El egoísmo.
La distracción más bella: El trabajo.
La peor derrota: El desaliento.
Los mejores profesores: Los niños.
La primera necesidad: Comunicarse.
Lo que más hace feliz: Ser útil a los demás.
El misterio más grande: La muerte.
El peor defecto: El mal humor.
La persona más peligrosa: La mentirosa.
El sentimiento más ruin: El rencor.
El regalo más bello: El perdón.
Lo más imprescindible: El hogar.
La ruta más rápida: El camino más correcto.
La sensación más grata: La paz interior.
El resguardo más eficaz: La sonrisa.
El mejor remedio: El optimismo.
La mayor satisfacción: El deber cumplido.
La fuerza más potente del mundo: La fe.
Las personas más necesarias: Los padres.
Lo más bello de todo: El amor.