jueves, 13 de febrero de 2014

Eutanasia infantil: asesinato legal de niños: crímenes contra la Humanidad



Recientemente se ha aprobado la Eutanasia infantil en Bélgica, en contra de la mayoría de la comunidad médica -esta vez si ha reaccionado- y de la sociedad.
Llama la atención que los dos países que mas colaboraron con el nazismo vuelvan a ser escenario nuevamente de crímenes contra la Humanidad, uno de ellos (Holanda), el símbolo de la crueldad humana: donde la niña Anna Frank fue torturada y asesinada -quemada viva- al igual que otros cientos de miles de niños.
La siguiente ficha de dominó, probablemente sea Austria: la verdadera cuna de Hitler y mas recientemente del monstruo de Averdeen.

Las razones políticas, como siempre son edulcoradas y envueltas por la manipulación y las formas, pero se basan nuevamente en que "El fin justifica los medios" y "la solución final".
Aunque las verdaderas razones lo expresan, como siempre, de manera mas transparente y sin tapujos los políticos del sur; como estas dos concejalas de Madrid que al parecer consideran, una: que las personas discapacitadas deben ser exterminadas para evitar gastos permanentes a la Seguridad Social y otra que justifica que una mujer tire por el desagüe a su hijo recién nacido.

Y es que, debemos admitir que el progreso humano y el grado de civilización, no se mide por el número de televisiones o de coches que se tienen por habitante, sino por el respeto, valoración y protección de los más debiles y desfavorecidos: discapacitados, niños, ancianos... en definitiva por la valoración de la Dignidad humana.

Desde este pequeño balcón, no nos cansaremos de clamar y proclamar lo que creemos: que la Dignidad del ser humano es intrínseca al mismo y no depende de las circunstancias, cualesquiera que estas sean: edad, salud, sexo, religión, color de piel, hallarse dentro o fuera de su país ... o "dentro o fuera de su madre".

sábado, 8 de febrero de 2014

¿Existen los milagros?

G. Marañón visitando Toledo


Aunque reconocerlo puede suponer también un argumento para la manipulación, sobre todo si es enfocado desde fuera de la Fe, pero tal vez no deja de ser -sobre todo- un acto de humildad y de aceptación de las limitaciones humanas.

Y es que: “mirar al cielo” en ocasiones, es condición necesaria para el ser humano, aunque como el girasol no sepa que lo hace y por qué lo hace, lo niegue y no sepa por qué lo niega.

 A este respecto, el maestro G. Marañón nos regala esta luminosas palabras :

“La razón conduce inexorablemente a Dios, y el milagro ni quita ni pone, a la suprema verdad de su existencia”.
 Quien ha creado el mundo, que es un puro milagro universal, diario, repetido, de cada ser vivo, en cada una de las vibraciones infinitas de los átomos que nos circundan, en cada uno de los instantes del tiempo, ¿por qué no ha de contradecir, cuando le plazca, las leyes que gobiernan la vida y la muerte? ¿Y cuándo esas leyes se cumplen con arreglo a las pautas de lo que creemos natural?
No son menos reveladoras de la grandiosa e inescrutable realidad de Dios”.
Sólo quien pasa por la vida con una distracción de mineral puede necesitar de los prodigios, o de lo que llamamos prodigios, para aceptar la divina realidad.
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“El hombre se puede sentir orgulloso de su obra.
Cierto que a veces se olvida que detrás de su genio creador está Dios. Pero lo importante es que el hombre es el divino instrumento de tan inmensa grandeza.
Y nada  puede atenuar la eficacia infinita de la oración sin palabras del que crea, aunque lo olvide, lo dude o piense que lo niega”.