sábado, 6 de julio de 2013

LA MATERNIDAD Y SU VALOR SOCIAL


“La maternidad, la divina coronación de la mujer”-
 
Todos los trabajos son iguales en dignidad”, pero su valor social solo se podría tasar con la moneda de la responsabilidad".
A tenor de ello podríamos preguntarnos:
-¿Hay algún trabajo que exija más responsabilidad que la traída, el cuidado y la formación del ser más perfecto de la creación?
-¿Hay alguna labor más importante que el forjado de los cimientos más sólidos de la persona y de la sociedad?
-¿Hay alguna acción humana más trascendente que crear y sembrar amor?

 
Es de esperar que la actual desvalorización de la familia y la maternidad, y su desprotección social -especialmente en sociedades enfermas como la española- sea tan solo un episodio oscuro y anecdótico en el largo acontecer de la civilización


 Como siempre, nos iluminamos con estas palabras de nuestro maestro de cabecera G. Marañón:

“La ausencia de la generosidad maternal engendra el defecto más corrosivo del hombre, que es el escepticismo”. 
“La falta de la madre es, pues, en parte, el origen de los regímenes de fuerza, especie de correccionales donde se infunden tardíamente y con vigorosa aspereza las virtudes que los pueblos no aprendieron a tiempo en el hogar”.

miércoles, 3 de julio de 2013

Como defenderse de los perros peligrosos




Tal vez seria mas exacto titularlo: "Como defenderse de los dueños peligrosos, de perros potencialmente peligrosos".
Y es que, en todos los lugares existen algunos personajes especialmente detestables por su componente antisocial, se trata de esos dueños de perros (  principalmente de razas denominadas “peligrosas”)  que los dejan sueltos generalmente en parques infantiles y en las calles, y disfrutan dando rienda suelta a su resentimiento social al poder amedrentar a niños y ciudadanos en general.
Y lo hacen con la misma ostentación con la que el asesino exhibe sus armas de fuego, a sabiendas de la impunidad  social que a menudo les ampara.

A pesar de que existen leyes taxativas que lo prohíben, y que su observación y cumplimiento compete a las autoridades municipales, pero los ayuntamientos  -con la consabida alergia a la responsabilidad de los políticos-  están mas atentas a todo lo que conlleva facilidad e inmediatez recaudatoria (como ticket de aparcamiento, etc) que a estos temas de seguridad publica y compromiso social.

Los médicos de cabecera, desde nuestra privilegiada posición de observadores y testigos de la realidad social, tenemos a menudo, que tratar a pacientes que han sufrido ataques de perros.
Pero también a veces, como hace pocos días, tratamos con buenos conocedores de los animales, como el caso  de un paciente que es adiestrador de perros, y que como todos los verdaderos amantes de los animales insisten en la necesidad de su vigilancia y control,  y de llevarlos amarrados en lugares públicos.

Le pregunte:
¿Como se puede defender uno, de los perros si te atacan? 

Y el, desde esa complicidad íntima y singular que surge de la relación medico-paciente me respondió: 
“Lo mejor, doctor, es echarles agua en los ojos, y si es con algún ruido extraño mejor aun”
“Por ejemplo con esas botellitas agua mineral que utilizan los niños y que tienen tapón por donde sale chorro fino… si, de esas. 
 
(Luego recordé que en las peleas entre perros, se acostumbra a echarles cubos de agua para separarles).

La verdad es que no he podido probarlo y comprobarlo -afortunadamente-, pero debemos confesar que desde entonces paseamos mas tranquilos con la familia, sin olvidar otras medidas lógicas y razonables.

domingo, 30 de junio de 2013

El Sindrome de estocolmo, como enfermedad social


 
Tal vez se trate de una de las enfermedades sociales mas comunes y de mayor trascendencia en el comportamiento del ser humano, lo que supone un reto y abre un camino, quizas aun por recorrer, para la Medicina como ciencia social.

El maestro Gregorio Marañón nos hace una descripción fisiopatológica magistral y transparente -a través de la parábola- de lo que más tarde se denominaría “Síndrome de Estocolmo”, la enfermedad social de mayor trascendencia en nuestro tiempo, y que se halla detrás de todas las actitudes “aparentemente incomprensibles e indignas” que afectan al hombre, cuando se halla en la encrucijada del miedo, ya sea terrorismo, sectarismo, acosos, etc.

.. ” Y el discípulo exclamó Maestro, eran todos unos Judas”.
“El maestro tardó un rato en contestar y al cabo de unos minutos dijo así a su
discípulo: No, no son unos Judas, amigo mío, son solamente Pedros.
Fíjate en que me han negado, no porque fueran malos, sino porque tenían miedo:
El hombre no está hecho para desafiar el peligro más que cuando sus instintos son
más fuertes que el miedo.
 

Y ciertamente la dignidad no es un instinto, sino una cualidad
brillante que llevamos como una condecoración en las grandes paradas de la
humana vanagloria, pero que, cuando pasamos por un trance arriesgado, nos olvidamos
de colocar sobre nuestra carne pecadora.


Pero el instinto sin un gran antídoto de experiencia es invencible y nos conduce
ante el peligro, a renegar. Mas renegar no es traicionar: Renegar es más fácil y está
al alcance de todos los hombres. Traicionar es más difícil: se necesita para una
buena traición tanto arte como para conquistar una ciudad murada. El perjurio de
Pedro lo hubiera cometido igual cualquiera de sus otros discípulos. Aquella sutil y
sacrílega traición solo Judas la pudo cometer.”


Gregorio Marañon Obras Completas, IV, pág. 365.