Gregorio Marañón |
Recientemente salia la noticia preocupante, de que España se sitúa entre los tres países de la Unión Europea con el mayor número de personas que quieren cambiar de trabajo, alrededor del 70% asi lo referian.
“Mi trabajo me aburre, podría hacerlo una máquina, es monótono" son algunas de las razones expuestas.
Y es que, debemos admitir que la vocación y el entusiasmo son valores superiores, que siempre resultan fecundos, tanto a nivel personal como social, aunque no sean garantía de infalibilidad, pues nada humano lo es.
De de ahí la importancia de cultivarlos y sembrarlos en las nuevas generaciones.
De de ahí la importancia de cultivarlos y sembrarlos en las nuevas generaciones.
A este respecto, nos iluminamos una vez mas, con las palabras de nuestro maestro de cabecera Dr. Gregorio Marañón:
“La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres.Todo lo que se hace sin vocación, por importante que parezca, se marchita como una flor. Todo lo que se hace con vocación, fructifica para siempre.
Hay que hablar, por eso, incesantemente de la vocación.
Las vocaciones son de dos categorías: las vocaciones de amor que son únicas, intransferibles y desinteresadas y las vocaciones de querer, que pueden ser múltiples,
que cambian de sentido y que son, por nobles que sean, interesadas.
A partir de mi vocación de médico - una vocación de querer, pero con ribetes muy fuertes de amor- voy a plantear de nuevo este problema trascendental para los
jóvenes, para enseñar la vocación a sus hijos”.
Del libro Vocación y ética, pág. 43, Obras Completas, IX, 339.
“El profesor sabe y enseña; el maestro sabe, enseña y ama, y sabe que el amor está por encima del saber y que solo se aprende de verdad lo que se enseña con amor“. Homenaje al Dr. Cañizo en su jubilación. Facultad de Medicina.
“Un gran escritor llamó al entusiasmo la hormona del alma.
Esa hormona maravillosa, que da grandeza a los actos más pequeños, que suprime el peligro y anestesia el dolor, es hija del consorcio de la inteligencia y la voluntad”
“La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual”.
Discurso en la Escuela Militar. Perú,1939