Como ya expusimos en otra entrada, creemos que el humor cuando lo
es de verdad -esto es: cuando no está
contaminado por el odio y el resentimiento- puede ser una expresión tan elevada como la poesía y por supuesto el ensayo.
También expresamos que todos los trabajos suponen cuotas de poder social, que hay que
devolver a la sociedad en forma de servicio y responsabilidad.
Pero la
fragilidad de la condición humana hace que en todas las profesiones se puedan
producir "borracheras de poder": desde
el portero de discoteca al policía, desde el concejal al presidente. Y por
supuesto los médicos tampoco podemos escapar de nuestra misma condición.
El grupo "Cruz y raya" siempre nos pareció genial, pues incorpora un humor lúcido y costumbrista expresado con el
lenguaje de la España profunda, lo que pudiera reducirlo a localista,
pero paradójicamente lo hace más universal, como el humor de Cantinflas.
Eufemísticamente se lo llama "muerte digna", también eutanasia o suicidio asistido.
Lo peor es que parece haberse asumido con naturalidad por algunos médicos jóvenes y sanitarios en general, que tal vez no han conocido la medicina humanista de a pie, aquella donde el valor de la dignidad del enfermo se mide precisamente por su grado de vulnerabilidad, dependencia y fragilidad.
Afortunadamente aún quedan sociedades, generalmente hispanas al otro lado del mar, donde el valor de la dignidad humana se conserva, como las semillas valiosas del trigo que ha de volver.
Gregorio Marañón
El endiosamiento médico es una lacra que atenta contra la bioética. Pero el humor sano, sin muestras de superioridad ni malicia, es una necesidad en medicina. Sirve para distender las relaciones médico-paciente, proporciona bienestar y ayuda en los tratamientos. Nada que no sepas, amigo Juan Francisco.
ResponderEliminarAsí es amigo Jose, lo suscribo totalmente. Gracias por dar mas luz al contenido
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