G. Marañón pasando consulta con otros médicos colaboradores
"Mi punto de vista, eje de mi actitud profesional y
pedagógica, es que del hecho clínico hay que partir, invariablemente, hacia la
etiología. Buscarla encarnizadamente y actuar con una terapéutica adecuada a
ella.
Y si no se puede lograr este intento etiológico rigurosamente, no
importa; hay que intentarlo de nuevo o, en el peor de los casos, proceder con
una táctica aproximativa… más aún: si ni siquiera vagamente acertamos con la
etiología, solo el “propósito etiológico” nos dará la mejor indicación para
acertar.
La Medicina es una ciencia práctica y no unos juegos
florales. Y para la solución práctica del problema que el organismo que sufre
nos plantea, la patogenia nos importa solo relativamente".
Gregorio Marañón
Podríamos decir que la desviación más común y el error más
grave de nuestra Medicina en la actualidad, es el predominio del enfoque
patogénico en detrimento del etiológico, también en el plano de la clínica.
Y aunque ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, sobre todo referido a la
investigación, pero volvemos a insistir en ello, a la vista de la dinámica que parece existir y que se
refleja también en los protocolos dirigidos
a los médicos en formación.
Y es que el riesgo de
tratar los síntomas como si fueran enfermedades es entre otros: no curarlas y lo que es
peor: encubrir la propia etiología.
Pongamos varios ejemplos:
Si se trata solo la fiebre, la tos, el dolor, etc., de una infección cualquiera, ya sea otitis, sinusitis, bronquitis o incluso
apendicitis, parece obvio que resulta difícil o imposible seguir su evolución clínica y
por el contrario es posible que aboque a complicaciones crónicas, graves o irreversibles.
Y ello es debido a que en cierto modo se adultera la reacción fisiológica del
organismo. Hoy en día se sabe que muchos síntomas como la fiebre, la tos y expectoración, o incluso
el propio dolor son reacciones inmunoprotectoras del organismo que
desencadenan a su vez una cascada de respuestas fisiológicas.
Además hay que contar con los efectos secundarios que genera el propio tratamiento patogénico.
Este enfoque sesgado, a nuestro juicio, lo podemos observar en casi todas las patologías: desde los trastornos vasomotores de la menopausia y jaquecas, a infecciones o enfermedades sistémicas, etc.
Y aunque hay que admitir que existen todavía patologías en las que no es posible el enfoque etiológico (asma,
etc.), pero aun en estas, como nos dice el maestro, parece razonable que siempre será más eficaz la terapia que se acerque mas a la posible etiología.
Y es que, se puede entender desde el punto de vista comercial, que resulte más rentable conceptuar los síntomas
como enfermedades, y por ello también los tratamientos patogenicos o continuados, más
que los etiologicos o esporádicos.