sábado, 19 de marzo de 2016
sábado, 12 de marzo de 2016
El uso, abuso y maltrato a los médicos residentes
Gregorio Marañón en una sesión clínica, enseñando con su mejor "herramienta": "El mimetismo" |
A raíz de esta noticia: La Comunidad de Madrid expedienta a un médico por agresiones verbales sexistas a una medico MIR,”.parece que sale a la luz una realidad que, lejos de ser un hecho aislado, tal vez sea la punta de iceberg de un problema mucho mas profundo y extendido, y que afectaría a la raíz misma del sistema sanitario en España.
Y es que,
si hay algo especialmente deleznable, repudiable y vejatorio para toda la profesión
médica, es el uso, abuso y maltrato de el-la médico en formación o “residente”.
Y no nos referimos al maltrato que proviene del sistema -que nos afecta a todos y mas significativamente a los médicos de familia- y que por ser “impersonal” resulta menos dañino (aunque recordemos que los hospitales públicos se mantienen, sobre todo los servicios de urgencias y "la barra libre", en base a la explotación de este colectivo), sino que nos referimos al que se materializa dentro del propio estamento profesional, mas en concreto por parte del médico “teóricamente" ya formado, al cual se le encomienda una tarea educativa sobre el compañero en etapa de formación y se le dota por ello de una autoridad que puede mal-utilizar o pervertir para descargar frustraciones o pasiones personales o con fines puramente utilitaristas.
Y es que, el componente de vileza y perversión que conllevan estos actos, seria comparable a otros delitos de no menor gravedad como el abuso de menores, maltrato de mujeres, o bulling escolar, pues también aquí se hace uso de la coacción, el miedo y la fuerza, en este caso en forma de poder.
No obstante -y esta es la buena
noticia- también entraría como delito
dentro del Código penal.
¿Por qué
es especialmente grave? – Porque al igual que los otros delitos antes citados (abusos de menores, etc…) conlleva también un '"dolo o daño"
no solo presente sino también futuro, con graves secuelas personales y sociales.
Al
médico en formación maltratado, se le privaria del aprendizaje de tres pilares
basicos de la Medicina:
1- La compasión con los mas débiles
( y por ello del enfermo), y por el contrario aprende el uso de la crueldad como medio eficaz
de control humano, con todo lo que puede suponer en su futuro profesional, de
déficit de empatía en la relación medico-paciente
2- El compañerismo: con todo que significa de respeto y reconocimiento del valor social y laboral de la Medicina.
3- Autoestima y valoración de la Dignidad humanao
3- Autoestima y valoración de la Dignidad humanao
Todo esto tiene también un coste social pues el medico que ha sido maltratado en su etapa
formativa, puede tener una mayor dificultad
en el futuro, para realizar su trascendente labor social y humana.
Por lo demas, debemos recordar que todo trabajo social supone una cuota de poder, pero se trata de un poder "prestado" que
otorga la sociedad, y como tal es necesario hacer un uso
adecuado y responsable del mismo, sabiendo que exige un pago social a plazos
fijos, en forma de responsabilidad y con los más altos intereses de comprensión, en el caso
del médico.
El hacer un uso abusivo o inadecuado
de ese poder: con el subordinado, con el paciente o con la sociedad, es
incumplir este contrato, bien porque no se ha leído “la letra pequeña”, o
porque la sobrecarga “política” ha mermado, siquiera de forma
pasajera, la resistencia, también humana, del médico.
Recordemos algunas palabras al respecto del maestro G. Marañon:
“La disciplina impide que el subordinado se conduzca
con incorrección respecto a sus jefes; pero no sé que reglamento permite que el
más alto pueda ser inconsiderado con el que ocupa las categorías humildes
El que llega, por
legítimo que sea su triunfo, tiene siempre mucho que hacerse perdonar de sus
semejantes. Y no hay forma más inaceptable de olvidarlo que hacer de la
posición elevada pretexto para la extrema grosería”
De su libro: Vocación y ética
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