Se trata de un tema que se estudia, solo tangencialmente durante la carrera
de Medicina, pero que sin embargo resulta de una gran trascendencia en la
práctica médica.
El Dr. Laín Entralgo lo describió detalladamente en su libro "La
relación médico-enfermo".
Podríamos definir sintácticamente esta "distancia terapéutica”, como la distancia interpersonal necesaria para que el acto médico sea eficaz y la relación médico-paciente resulte fecunda.
¿Cómo se mide y de qué depende? - Como todo en Medicina: nada es exacto ni milimétrico, y por ello esta distancia no sería medible de manera cuantitativa sino solo cualitativamente.
Podríamos definir sintácticamente esta "distancia terapéutica”, como la distancia interpersonal necesaria para que el acto médico sea eficaz y la relación médico-paciente resulte fecunda.
¿Cómo se mide y de qué depende? - Como todo en Medicina: nada es exacto ni milimétrico, y por ello esta distancia no sería medible de manera cuantitativa sino solo cualitativamente.
Y es que aunque en cualquier
relación humana, la separación física interpersonal sea valorable, en este caso dependería
mas de cada situación, de cada paciente y del propio
médico.
Y decimos que la distancia física no es importante, porque lo es más, la distancia empatica o la conexión anímica
con el paciente. Y para esta correcta proximidad terapéutica intervienen varios factores: el factor tiempo (una
vez mas y como siempre) y sobre todo las vias de transmision de las emociones: la conexión física a través
de los sentidos como la vista, el oído y el tacto.
Estos factores: tiempo y conexión visual y auditiva con el
paciente (para poder escucharle y explorarle, etc..) son las dos cosas que hoy en día,
faltan en la atención primaria médica en España, que recordemos -para vergüenza
de nuestro sistema sanitario y de nuestra democracia- es de menos de 6
minutos por cada paciente (incluidos niños).
¿Que factores interfieren en la distancia terapéutica? - Teoricamente todo
aquello que se interpone en la relación médico-paciente:
1- La burocracia con sus absurdos
papeleos y despersonalizadores protocolos.
2- Los ordenadores y sus monitores, "cargados" con
disfuncionales programas informáticos que absorben todo el tiempo y atención
del médico.
3- Los sistemas sanitarios que conducen a la cosificación
del médico y el paciente.
No consideramos que interfieran a este respecto, objetos estaticos y neutros como la mesa, silla, las bata, etc..
Pero paradójicamente demasiada proximidad entre médico y paciente, también
podria distorsionar la distancia terapéutica y resultar contraproducente, pues la
excesiva identificación con el paciente puede alterar la posición profesional y socialmente estrategica del médico, para afrontar con eficacia la enfermedad. (es la razón
por la que la influencia del médico en su entorno familiar suele
estar reducida) y por la que el "tuteo" en la relación medico-paciente también
puede resultar contraproducente.
En esta entrada especificamos mas sobre ello: ¿Se debe tutear a los pacientes?
Por lo demás, hay que admitir que en el
corazón mismo de
la Medicina.., la "de a pie", la mas cercana al paciente: la de Familia, ha surgido un nuevo intermediario en la relación
medico-paciente: se trata del "ordenador", que
absorbe mas
de la mitad del tiempo, de la atención y de la mirada: las tres armas
mas precisas y preciosas con con que cuenta el medico para el diagnostico
y el tratamiento de la enfermedad.
"Se hace necesario
reaccionar para que su uso, innegablemente necesario, lo sea asumiendo su
justo papel:
mas de
ordenanza que de ordenante, mas
de convidado de piedra que de protagonista,
mas de ayudante que de patrón".
Nos iluminamos como siempre, con las palabras del maestro Gregorio Marañón:
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“Para hacer un
diagnóstico se necesita una infinita paciencia en la auscultación del
paciente, y hay que aguzar la vista para ver aquellos síntomas poco
llamativos, las causas ocultas de grandes efectos.
La planificación será posible y
necesaria, en la economía, en la estructura social, en la sanidad, en la
educación y en otros muchos campos. La planificación es algo inevitable en
un mundo científico como el nuestro. Sin duda que es mucho más fácil
planificar una máquina que el comportamiento del hombre que quiere probar su
voluntad libre. Y por ello es más fácil planificar el comportamiento del
hombre si lo tratamos como si fuera una máquina.
Es más fácil
ciertamente planificar la esclavitud que la libertad del hombre”.
Hola! Respeto absolutamente tu planteamiento, pero ante la pregunta de tutear al paciente, creo que la respuesta siempre es depende... y sí, hay que tener una distancia suficiente para que no te nuble la capacidad de decidir, pero en tiempos como los que tenemos quizás lo que más hace falta no sea separarase, sino acercarse. Hemos perdido mucha empatía, probablemente como lo señalas por la burocracia y los ordenadores..y el tiempo de consulta...y las realidades sociales...
ResponderEliminarOjalá los médicos pudiéramos recuperar el espacio de acompañamiento en la vida que alguna vez teníamos con los pacientes... indistintamente del usted....
Es verdad que en mi especialidad todo es más relativo...y más indeterminado... pero como en ninguna está presente ese dilema tú-usted.
Te sigo leyendo! :-)
Un saludo!
Gracias amigo por enriquecer con tu reflexión esta entrada.
EliminarSin duda también opino que es prioritario recuperar esa cercanía al paciente, fecunda para todos.
Respecto al tuteo, como se especifica y especificas, es relativo y depende de cada caso y también de la personalidad del médico, aunque en general habria que ser muy cauto dada la situacion de vulnerabilidad del paciente y de poder del médico. En psiquiatría sin duda puede resultar incluso necesario muchas veces.
En Medicina de familia tal vez no tanto: los 6 minutos teóricos para atender a cada paciente hacen aun mas forzado el tuteo, personalmente se me hace algo chirriante tutear por ejemplo a ancianos, pero tengo compañeros y sobre todo compañeras que por su personalidad o incluso tal vez por su sexo, el tuteo resulta afectuoso, respetuoso e incluso maternal, y hace mas fecundo el acto médico