Hay pocas profesiones tan nominativas como la de médico, tal vez solo se aproximan otras como la de sacerdote o maestro, y lo son porque el que lo es, nunca deja de serlo sean cuales fueran las circunstancias.
A este respecto, hace tiempo escribimos unas afortunadas palabras que gratamente han tenido eco en otros lugares allende de los mares:
No existen fronteras para el médico: su pasaporte es universal, carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad.
Y no hace falta salir de las fronteras para percibir esta verdad, ni siquiera salir de casa pues hasta en la casa misma podemos ser requeridos por nuestra condición de médicos para ayuda de menesterosos.
La sociedad en general, percibe al médico por su principal aval: la generosidad, y como imagen representativa: la de un currante de la dignidad humana.
Es por ello por lo que hacen tanto daño a la profesión quienes desde su condición de médicos, se ponen al servicio de ideologías contrarias a la dignidad del ser humano o sucumben al materialismo economico, -no hace falta recordar los médicos que colaboraron con el nazismo, hoy existen otras ideologías no muy diferentes-. Obviamente ninguna profesión puede escapar de las limitaciones de la condición humana.
La etapa de jubilación del médico puede ser una oportunidad para encauzar y enfocar toda su energía creativa (ya sin la pesada carga de la practica asistencial contaminada de burocracia y escasez de tiempo), como testimonio y guía de otras generaciones de médicos, así como para proseguir la gran tarea de salvación de la llamada Atención primaria o la figura del médico de cabecera que creemos es uno de los grandes logros de la civilización.
“La vida de la humanidad, como la vida del individuo, es una continua renovación. La renovación tiene que realizarse sobre la estructura de los principios eternos del amor, de la justicia, del deseo de saber, del ansia de comprender.”
Gregorio Marañón
Me ha encantado la entrada, compañero!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
JAS
Gracias amigo Jose, por tus estimulantes palabras, a mi tambien me encanta tu blog del que soy fiel seguidor.
EliminarEn efecto, amigo Juan, el médico nunca deja de serlo, ni cuando cesa definitivamente en su actividad asistencial. Nuestro pensamiento seguirá enfocado en la esencia de lo que ha sido muestra vida profesional. Eso sí, sin el estrés insoportable de los últimos tiempos.
ResponderEliminarUn humanista abrazo.
Gracias amigo Jose Manuel, !sigamos en la brecha!
Eliminar