jueves, 22 de mayo de 2014

Bata:si, bata: no. ¿Se debe poner bata el médico para pasar consulta?


La respuesta parece obvia: SI; aunque como todo en Medicina, puede ser relativo y no siempre "uno y uno son dos".

Por ello, analizaremos sus ventajas e inconvenientes y sobre todo: la teoría y la realidad.

Parece obvio que la bata supone una medida de higiene y una barrera frente a los gérmenes patógenos que supone el contacto permanente con enfermos.

Pero la realidad es a menudo bien distinta: la bata, por el contrario, puede suponer un medio de recogida, reservorio y transmisión de dichos agentes patógenos.

Por varios motivos:

No solo por la moda contagiosa de ponerse sobre ella, a modo de collar, el estetoscopio (uno de  los principales recogedores de gérmenes), y a unos 15 cm. de boca y nariz del médico; 
Sino también porque a menudo, las citadas prendas están menos impolutas de lo deseado: el color blanco pasa a ser gris o gualda (como el de la bandera española), las mangas más parecidas a las del "mono “de los mecánicos de coches y parecen diseñadas por Adolfo Domínguez (aquel de "la arruga es bella").

Y es que, una vez más con este simple hecho, se destapa la cruda realidad socio-laboral del médico de atención primaria en España:

Lo cierto es que el lavado y planchado de la bata en la mayoría de los centros de salud, la debe hacer el propio médico en su casa, (se supone que junto o al igual, que la ropa de él y de su familia, incluidos niños).
A menudo el médico, después de atender a más de 40 o 50 pacientes en consulta, en menos de 6 minutos, sale "grogui"  y se olvida de estas otras tareas encomendadas para hacer en su casa.

En muchos centros de salud, esta medida discriminatoria solo afecta a los médicos, pues el resto del personal laboral, tiene su ropa lavadita y planchadita por los servicios centrales de limpieza.

Y es que, todo ello forma parte de la dinámica descrita en el acoso institucional que padecen los médicos de AP en nuestro país:

Con el ataque o destrucción de todo aquello que pueda suponer aumento de su autoestima, al igual que otros signos identificativos del médico, como el sello de caucho: que queda reducido a dos filas de números despareciendo casi su nombre. O las funciones de ordenanza de las salas de espera, administrativas, etc., y otras labores descritas como  shunting. 

*El shunting está bien definido dentro del proceso de acoso u hostigamiento laboral. Consiste en obligar a realizar tareas que requieren una calificación y capacitación menor que la posee la víctima laboral, de tal forma que repercuta en su autoestima y en su imagen social.  

Por lo demás, el uso de la bata puede ser positivo, al marcar la adecuada distancia terapéutica con el paciente.

 Pero también lo sería su no uso, pues aquel que no la utiliza, puede ser que sea porque su propia personalidad de médico sea tan sentida y profunda en su idiosincrasia, que no necesite de envolturas ni señas de identidad externas para ser percibida por el paciente.

 Y es que, la bata, como todo uniforme, no deja de ser un medio de uniformidad y masificación, y por ello tal vez también susceptible del dominio y manipulación por parte del poder político.


lunes, 12 de mayo de 2014

El síndrome del bla-bla-bla



Esta semana, hemos conocido la noticia de la dimisión de un compañero, pediatra de atención primaria, que deja su puesto porque le obligaban a atender a un niño cada 5 minutos (entre mas de 50).  En una carta expresaba sus razones.    Noticia:  aquí 
 
Se trata sin duda, de un ejemplo de dignidad profesional pero desgraciadamente, también de esterilidad social, entre otras razones porque el destinatario de tal misiva es, como siempre: el vacío y la irresponsabilidad.
No es nada nuevo, existen numerosas cartas, tambien de dimisión o de no aceptación de contratos programas, etc,  ejemplos y modelos de redacción epistolar pero que al final, lamentablemente, se quedan en simples desahogos personales. 

Por desgracia, respecto a los graves o gravísimos problemas de la atención primaria de nuestro país, parece que esta yá todo dicho y redicho: ya sea en prosa o en verso, en video o en audio, en redes sociales o en otros medios y soportes de comunicacion.
 Y una vez mas, nos parece sentirnos como en "otro dia de la marmota" (para quien no haya visto la película: se trata de un personaje que se encuentra todos los días, con  la repetición de los mismos acontecimientos y secuencias vitales)
La realidad, es que las palabras son solo eso: palabras, mejor o peor expresadas.
Pero parece claro, que lo que cambia verdaderamente la realidad personal y social, son las acciones.
 Ya lo dice la sabiduria popular: "Obras son amores y no buenas razones".    "A Dios rogando, y con el mazo dando". 
 La solución, tal vez no sea que los médicos -despues de mas de 10 años de preparación- abandonemos nuestra profesión por otras como la de taxista por ejemplo, ni tampoco es condenar a nuestras familias a la indigencia, y a los enfermos tambien a la inseguridad.
Como es sabido, ante situaciones incontrolables de agresión, frustración o amenaza, la naturaleza humana dispone de varias respuestas, unas de represión: ya sea en forma de sumisión (o síndrome de Estocolmo), evasión ( "a mi, no me toca"), o racionalización (tal vez, la mas utilizada por nosotros), etc.
Pero tambien existe otra respuesta eficaz y fecunda: la de la acción.
Parece que solo esta última, es la que verdaderamente cambia la realidad, tanto a nivel personal como social.
Hoy en dia, tal vez tenemos la oportundad única, de cambiar y tratar la grave patologia social de la atención primaria en nuestro pais, por medio de un instrumento eficaz: el de la justicia.
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