Uno de los hechos mas fascinantes y conmovedores que podemos observar estos días en nuestro país, y que coincide -tal vez no por casualidad- con la llegada de la primavera y el resurgir de las flores, es la manifestación social o floración de la raíz mas profunda de nuestra civilización, que es la semilla del Cristianismo.
Y es que la Fe, esta mucho mas enraizada de lo que podemos pensar a través de las crónicas y artificios sociales, a pesar de que lleva mas de dos mil años siendo atacada por los poderes politicos y vapuleada por la propia fragilidad de la naturaleza humana.
Pero no cabe duda del valor social del Cristianismo y del poder terapeutico de la Fe:
1. Por dar un profundo significado trascendente al sufrimiento humano y a la Vida misma.
2. Por el enorme respeto que significa a la Dignidad humana especialmente a los mas vulnerables y desfavorecidos: ancianos ,enfermos, no nacidos , etc..
3. Porque siempre siempre, es una ventana abierta a la esperanza.
La Fe no es incompatible con la razón sino todo lo contrario, y aunque al parecer es un don, pero no cabe duda que también se puede cultivar, de hecho debo reconocer personalmente que en mi caso, surgió a traves de la lectura y el testimonio de grandes maestros de la razón, que mostraron y demostraron sin complejos su Fe, como Gregorio Marañón, Ramon y Cajal, Julian Marias, Martin Descalzo. etc, o tambien por otras referencias de genios como Einstein, Leonardo da Vinci. o por el ejemplo de la generosidad ilimitada de grandes obreros de la Verdad como Teresa de Calcuta .
Pero tal vez sea la Belleza, en cualquiera de sus manifestaciones, la mas directa forma de la firma de Dios.