Entonces ya decíamos que:
“Sin duda, la mayor
riqueza de México es su riqueza humana, todo lo demás viene por añadidura o es
consecuencia de la misma.
Si hubiera que definir a
México a grandes rasgos, diríamos: que es un lugar, en el que todo el mundo parece
empeñado -desde que se levantan hasta que se acuestan- en tratar de
hacerse la vida más fácil y llevadera unos a otros, y de paso, ganarse la
vida en ello
Y lo hacen de forma casi
lúdica, con esa alegría natural que surge cuando se sabe instintivamente
que se actúa en una dirección vital correcta, y que todos los trabajos son
iguales en dignidad.”
Y si en algún momento se puede
observar con mayor nitidez esta realidad, es en circunstancias difíciles o
extremadamente dolorosas, como las acaecidas en el reciente
terremoto. Pues tanto a nivel
individual como social, la calidad humana -los quilates humanos- se
muestran más nítidamente en situaciones extremas.
Y es que tal vez resulta difícil por no decir imposible, hallar otro lugar en el mundo, donde se pueda contemplar con tanta nitidez esa exhibición de
extrema generosidad, solidaridad, valentía, heroicidad, sentido de trascendencia, en definitiva cualidades humanas
excelsas, y por ello
eternas y universales pues no son otra cosa que reflejos de la Dignidad humana.
Pero la mayor singularidad de todas estas acciones son:
1- La organización
espontánea del rescate por parte de la población, antes de la llegada de los
equipos oficiales de rescate que a veces no llegan o lo hacen tarde, o en
colaboración con
ellos, pero siempre con una eficaz organización y
responsabilidad, que son los dos componentes necesarios para no caer en
masa.
(Se organizan cadenas humanas
de cientos o miles de personas para desescombrar, piedra
por piedra, y las personas más pequeñas actúan de 'topos" metiéndose
entre los escombros para salvar vidas, aun sabiendo el peligro de ser
sepultados por derrumbe pues además son frecuentes las réplicas.
2- La respuesta social es generalizada: hoteles, restaurantes, transportes, etc.. abren sus puertas gratuitamente, los restaurantes incluso llevan la comida "a pie de rescate", lo mismo que muchas familias que ofrecen sus casas y todo cuanto puede resultar util y valioso.
3- La conciencia del
sentido trascendente de sus acciones, casi siempre con un componente
religioso, (por ejemplo "los topos" antes de cada acción suelen rezar
y van acompañados de la imagen de la Virgen de Guadalupe).
4- La ilimitada o sobrehumana esperanza (Tal vez como consecuencia de lo anterior: 3) : Se siguen buscando vidas durante días y semanas, y da igual que estas puedan ser de ancianos, niños o jóvenes.
Y a veces acompañadas con el aliento sublime de la melodia de mariachis, que en este caso es mas rezo que canto: “Canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones”
Esa revalorización
de la Dignidad humana, que forma parte de la idiosincrasia del pueblo mexicano -al margen de sus enfermedades sociales- y que sale más a la superficie en situaciones extremas,
es el mejor tesoro y sobre todo la mayor esperanza, no solo para México e Hispanoamérica
sino también para el resto de la Humanidad.
Y ello a pesar de sufrir (al
igual que España) casi de forma crónica, la grave plaga social de políticos
corruptos y amorales. Indignos de un pueblo, sin duda bendecido por Dios, y no por casualidad a través de su vía más
directa: Su madre la Virgen de Guadalupe.
Tal vez ninguna palabra mas precisa, luminosa y transparente, como las que pronunció el Cardenal de Mexico dirigiendose la la Virgen de Guadalupe : ( Ver video del minuto 24 al 32)