El titulo también podría
ser: "Por qué el trato humano es y será siempre: útil, terapéutico y en ocasiones,
hasta puede resultar vital para el paciente".
Con motivo de los nuevos puestos directivos de la sanidad
madrileña, en la que alguno se denomina de: "Humanizacíón de la Asistencia Sanitaria", se han desencadenado algunas reacciones o debates, uno de ellos a traves de twiter como este: "Esto de la humanización es viejo, ñoño y vacío. Humanicemos mejor acabando con la precariedad laboral.".
Como consideramos que a través de dicha herramienta no es posible
expresar de manera razonable y clara, ideas
o realidades, tan solo permite a través de eslóganes, lo hacemos de manera más "razonada
y por ello humana" a través de este blog.
No nos preocupa la
opinión de quienes parecen abducidos políticamente hasta el punto de abdicar de los principios básicos deontológicos de nuestra profesión, pero si nos preocupa y ocupa la de compañeros
que miramos y admiramos y son un referente tambien para otros muchos
médicos, sobre todo jóvenes en formación.
Ademas de ser modelos de compañerismo
y humanismo medico, hasta el punto de
arriesgar su vida en los rincones mas perdidos del planeta para atender a enfermos, o defender a compañeros vilipendiados.
Lo que queremos expresar basicamente, es que el trato humano en sanidad, además de esencial, es algo que no depende solo del componente individual de cada profesional sino que también es
"estructural", y por ello tenerlo en consideración, no deja de ser una
esperanza aunque sabemos que los políticos son a menudo profesionales de la
manipulación, también de las palabras.
Pero consideramos que nos hallamos quizás en el momento clave y mas idóneo para tratar de cambiar esta grave patología social (en Madrid, pero que puede tener efecto dominó en el resto de España):
1- Por la especial coyuntura política actual
2- Por la personalidad de los dos máximos responsables de la sanidad madrileña, que son médicos (y de Familia), con especial sensibilidad humanista, y ambos conocedores de la realidad asistencial y del legado de "Don Gregorio" y en cierta manera discípulos suyos.
Y 3- Porque contamos -esta vez si- también con el apoyo de los pacientes a través de su principal Asociación de defensa.
Pero consideramos que nos hallamos quizás en el momento clave y mas idóneo para tratar de cambiar esta grave patología social (en Madrid, pero que puede tener efecto dominó en el resto de España):
1- Por la especial coyuntura política actual
2- Por la personalidad de los dos máximos responsables de la sanidad madrileña, que son médicos (y de Familia), con especial sensibilidad humanista, y ambos conocedores de la realidad asistencial y del legado de "Don Gregorio" y en cierta manera discípulos suyos.
Y 3- Porque contamos -esta vez si- también con el apoyo de los pacientes a través de su principal Asociación de defensa.
Y respecto a su importancia, no podemos
expresarlo mejor, que como ya lo hicimos en esta entrada anterior, que copiamos
literalmente: La importancia del trato humano
La importancia del trato humano
Una de las cosas más necesarias y valoradas por todos en la vida, tanto a nivel personal como social, es el trato humano.
Se entiende
como tal, el ser tratados con dignidad y todo lo que ello representa:
respeto, reconocimiento del valor intrínseco de la persona, etc.
Sabiendo que
ésta, la Dignidad, es patrimonio de toda la humanidad y por ello es
igual para todos, no dependiendo de circunstancias como: edad, salud,
sexo, color de piel, nacimiento, creencias, etc.
El trato humano
se da por hecho en algunas actividades y profesiones, especialmente en
los médicos, y resulta tan natural en ellos como que salga agua del
grifo, por ello si no se diera adecuadamente, habría que pensar que
existe alguna “avería”… ya sea en el “sistema central de canalización”
o por “aumento de presión en el propio grifo”.
Pero a veces
podemos olvidar que el trato humano debe ser bidireccional; no podemos
pretender ser tratados como reyes y al mismo tiempo tratar a los demás
como animales de carga u objetos, empezando por los que son diferentes
por cualquier circunstancia (edad, salud, color de piel, etc.,) y
terminando por los propios trabajadores que prestan servicios sociales o
sanitarios.
Y es que, el
trato humano, como todas las cosas verdaderamente valiosas de la vida,
conlleva algunos riesgos que lo acechan, de ahí su redoblado valor:
1. Uno de ellos, es la propia naturaleza humana:
conviene recordar que los trabajos -unos mas que otros- son parcelas
de poder que la sociedad nos presta, se trata pues “de un poder
prestado” que hay que devolver en forma de servicio, responsabilidad y
generosidad.
Pero el poder
puede emborrachar, no solo a los políticos, sino también a todos en
nuestros trabajos, desde a un portero de discoteca o a cualquier otro
trabajador: administrativo, comercial, social, etc., pudiendo
transformarse en tiranos/as, que disfrutan de su poder “prestado”
poniendo barreras a los demás y confundiendo el trabajo con su parcela
personal.
2. Otro
riesgo que acecharía al trato humano, seria la gestión de los servicios
sanitarios en las democracias inmaduras o enfermas que se puede
hacer solo bajo un criterio electoralista y al margen de la
responsabilidad, tratando de destruir o desvalorizar todo aquello que
humaniza a las personas, pues esto dificulta su manipulación electoral y
social.
Hay que
reconocer que la sobrecarga burocrática y asistencial que debe asumir el
medico de cabecera en España actualmente, debido a una gestión
aberrante de la sanidad, impide de hecho disponer de un tiempo
minimamente digno para la atención humana y es el signo mas
patognomonico de la degradación del acto médico.
"Recordamos, una vez mas, estas luminosas palabras de Marañon:
“El Humanismo se manifiesta en la comprensión, la generosidad y la tolerancia que caracteriza en todo tiempo a los hombres impulsores de la civilización.
Hay que clamar para ensalzar al humanismo, pedir y desear que la juventud sea humanista, o al menos una parte de ella, que bastaría para que se salve el mundo.”
Y es que, el trato humano, -y no la tecnologia- tal vez sea, el reloj que mejor marca el verdadero progreso humano.