miércoles, 13 de febrero de 2013

¿Porque a los médicos les gusta la fotografía y la poesía?


La visión detallada de la naturaleza, nos descubre todo un infinito universo


Podríamos formular la pregunta también de otra manera: ¿Porque a los médicos les gusta el arte y la literatura, en general, y la fotografía y la poesía, en particular? (Además de la pintura, música, etc.)
 Para hallar una respuesta, posiblemente nos encontrariamos con la raíz misma del "ser médico". 

Y es que, la propia naturaleza del trabajo del médico, que conlleva estar en contacto con el sufrimiento humano y la muerte, tal vez le impulsa hacia actividades artísticas, como reacción compensadora y saludable; ya que frente a la finitud y limitación de la salud y de la vida, se halla  la plenitud y la eternidad del arte y la belleza. 
Sobre esto, nos ilumina G. Marañon también, con estas palabras: "Todo pasa menos la Verdad y la belleza, pero la Verdad no es de este mundo,.. La belleza si". 

Y es que, casi todo cuanto expresa el médico -aun sin saberlo, ni quererlo-  va impregnado de poesía, ya sea esta en forma de prosa poética o de poesía visual.
Pues no necesariamente es poesía, solo la encorsetada arquetípicamente en versos,  como nos dice el maestro G. Marañon:

El verdadero poeta no es el que describe lo que ve, aunque lo cante con palabras más dulces o las más sonoras, sino el que, quién sabe si balbuceando, dice una sola cosa, acaso un solo verso, pero en él nos descubre el alma del paisaje, de una hora fugaz, de todo lo que antes pasaba a nuestro lado sin dejar huella y, ahora, ya no se nos puede olvidar”.
Los poetas no son siempre los que hacen versos. Hay muchos versos y, a veces, versos magníficos que no son de poetas.Acaso los poetas más profundos han hecho su poesía con la materia estremecida de su propia existencia y de sus sueños, sin escribir un solo renglón.

Si queréis convenceros leer el Diario del primer viaje de Colón. Solo Dios le ayudó porque solo Dios es el único que ve en el corazón de los poetas.
Una noche, allá en la tierra nueva, recordando todo esto, el almirante había escrito en su Diario: “Dios fue el único que sabía mi corazón”. 
En estos tiempos en que todo se sabe por los sabios y no por los poetas, entre otras razones porque los poetas han perdido la costumbre de hablar a las gentes con la claridad maravillosa con que Colón escribía su Diario”.    G. Marañón.
  
¡ Poder ver de cerca a la gaviota volar... "prodigioso milagro como seria ver desde dentro, al hombre soñar" !


Respecto a la fotografía, nadie mejor que el médico -por ser sustancialmente un observador profesional de la naturaleza- , para percibir su belleza, como también para observar sus enigmas
Tal vez, no por casualidad, fue un médico: Ramon y Cajal, uno de los pioneros de la fotografia.
 
El médico debe ser antes que experimentador, naturalista; para serlo, le basta ver con ojos de investigador lo que la naturaleza en forma de dolor le presenta”
“Los enigmas de la naturaleza no deben servirnos de pretexto para la indisciplina.
Todo enigma tiene un sentido y hay que buscarle hasta encontrarlo, sin que las excepciones desconcertantes nos induzcan a abandonar el camino recto."    G. Marañón.

Y es que, si el maestro Gregorio Marañón , dijo una vez cuando fue preguntado, que a una isla desierta se llevaría tres libros: La Biblia, El Quijote y un buen libro de poemas,  sin duda hoy  diria tambien "..  y ademas una cámara de fotos".

domingo, 27 de enero de 2013

La "prueba del algodón" para reconocer a un buen médico



Dr. Gregorio Marañón junto al  Dr. Jimenez Diaz
Existen muchos medios para poder reconocer a un buen médico, pero quizás hay uno, especialmente significativo pues permite valorar desde dentro, la cualidad vocacional  -y por consiguiente también la calidad profesional- de un médico, y este es sin duda: su grado de compañerismo.
Y mas especialmente cuando se dirige hacia médicos ya jubilados -que lo han dado todo-  o hacia aquellos que son promesa de futuro: los jóvenes estudiantes de Medicina.

Y es que, a través del compañerismo se expresan multitud de valores y variables personales, profesionales y sociales.
 
Podríamos definir al "compañerismo: como el fraternal sentimiento de amistad que surge espontáneo, hacia quien comparte el mismo camino y destino: la dignidad humana,  y hacia quien sostiene el mismo peso: el de la responsabilidad".

Por ello cuando falta, habría que pensar que algo esta fallando, de manera ocasional o permanente, en cualquier punto o fase del proceso vital de ser médico.

Si bien es cierto, que como todas las conductas humanas, pueden estar sometidas a numerosas condicionantes, por ejemplo no es lo mismo mostrar y demostrar compañerismo atendiendo a un colega, después de ver a mas de 60 pacientes disponiendo de 5 minutos cada uno,  que  después de ver a 5 pacientes disponiendo de 60 minutos para cada uno.

Pero en cualquier caso, también puede servir para retratar condiciones sociolaborales de sobrecarga asistencial y acoso laboral, que conllevan a la despersonalización del médico. 

Afortunadamente parece alejarse la época (coincidente con la colectivización del médico y la consiguiente dilución de la responsabilidad personal "se diluye como la tinta en el mar") en la cual, en algunos Centros de salud,  a los suplentes se les endosaba (como en las "novatadas") las tareas mas engorrosas y laboriosas, sobrecargandoles con las urgencias o avisos domiciliarios de todos los demás "veteranos".

También habría que hacer diagnostico diferencial con otras dos conductas atipicas :
 - Una, es la distancia terapéutica defensiva simbolizada con la barrera del "usted", que establecen algunos compañeros cuando se hallan sometidos a una situación de gran estress en los servicios de urgencias.
- Otra, es la derivación patológica del consustancial espíritu de sacrificio del médico, hacia el masoquismo, sentimiento autodestructivo que padecen y parecen querer compartir tambien con " fraternal compañerismo" con sus otros colegas.

Debemos confesar que una de las cosas que resultan mas dolorosas, como médicos, es sentir en cualquier circunstancia personal o familiar, esa ausencia de compañerismo por parte de algún colega, situación que es vivida casi siempre como una herida o desgarro profesional.
 Aunque dada la época que nos ha tocado vivir, tal vez todos llevemos en este sentido, algunas "heridas de guerra" -que al poco ya se hicieron cicatrices-.

Pero también debemos admitir que una de las mayores satisfacciones y compensaciones profesionales que tenemos como médicos, es poder sentir y compartir ese compañerismo;
Un valor o sentimiento que resulta siempre fecundo... tal vez  por ser eterno y universal.
A este respecto, recordamos lo que ya dijimos una vez:
"No existen fronteras para el médico: su pasaporte es universal, carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad".