Se trata de una situación o circunstancia, que puede ocurrirnos a todos, y que nos permite descubrir una nueva perspectiva de nuestro trabajo
y en general, de la sociedad.
Lo primero que se descubre y
constata cuando no podemos disponer de nuestro vehículo particular, es que se trata de un instrumento mas de
trabajo, pues permite visitar en sus domicilios a aquellos enfermos agudos o crónicos que no
pueden o no deben acudir a la consulta, también sirve para adelantarse a
los servicios de urgencias, a veces, previa llamada de estos -cual chico de los recados-, para
valoración de patologías urgentes, y asimismo nos permite tambien disponer de la autonomía personal necesaria en un trabajo, en el que el tiempo,
siempre es relativo.
Por otro lado, en estas circunstancias tenemos la oportunidad de volver a utilizar los medios de transporte publicos, lo que nos
permite el gozo de diluirnos dentro de la masa social como unos currantes mas;
Y no deja de llamarnos la atención algunas cosas paradojicas, como por ejemplo la gran tolerancia en general que existe, para soportar los retrasos de los vehículos (autobuses o trenes) al margen de las inclemencias del tiempo, en comparación con la intolerancia que hay cuando se tiene que esperar una demora de escasos minutos para ser atendidos por el médico, estando en este caso, sentados cómodamente en un centro climatizado y leyendo el periódico.
Y no deja de llamarnos la atención algunas cosas paradojicas, como por ejemplo la gran tolerancia en general que existe, para soportar los retrasos de los vehículos (autobuses o trenes) al margen de las inclemencias del tiempo, en comparación con la intolerancia que hay cuando se tiene que esperar una demora de escasos minutos para ser atendidos por el médico, estando en este caso, sentados cómodamente en un centro climatizado y leyendo el periódico.
También llama la atención, ver como otros trabajadores de la administración
(hacienda, educación, etc...) disponen de estacionamientos en sus trabajos
o se reserva un espacio de la vía publica para sus vehículos, mientras los médicos
de Centros de salud, sobre todo en
Madrid, no disponen de ningún espacio de estacionamiento, y de hecho son
multados por estacionar su vehículo (a pesar de ser medios o instrumentos de su
trabajo).
Lo que supone un signo mas, del menosprecio y acoso institucional al que se ve sometido el médico de atención primaria, y asimismo una muestra mas, de la ausencia de responsabilidad de los supuestos gestores del sistema
sanitario, que deberían procurar los medios adecuados para el
desarrollo del trabajo del médico, pues se trata de un servicio publico
esencial y prioritario al de recogida de impuestos municipales... si bien es verdad, que estos permiten el mantenimiento de la casta política, de donde surgen dactilarmente sus puestos directivos.
Se tiene tambien a veces la sensación, de que mientras unos creemos que trabajamos
para mejorar esta sociedad y tratamos de arreglar o aliviar los problemas de
las demás personas, constatamos que otra parte de la sociedad
parece remar en dirección contraria o frenarla pasivamente: talleres de coches que tardan mas de un mes en arreglar unos
golpes de parachoques, seguros con cláusulas-trampa abusivas para no asumir los
gastos de las reparaciones, etc...
Y mientras tanto: la maquinaria impositiva del nuevo
estado feudal de la aristocracia política, prosigue el desfalco
de las clases medias y bajas.
Hemos de decir que en estas circunstancias también se manifiestan facetas positivas en
nuestro trabajo y en la sociedad: ejemplos de generosidad y compañerismo.
Y
también se descubre "el efecto terapéutico" que parece ejercer el hecho de carecer de
coche: muchos avisos a domicilio de pacientes que decían no poder acudir al centro de salud, por encontrarse mal y carecer de medios de transporte, pero al referirles que el medico no dispone de
coche, mágicamente se presentan al poco tiempo, traídos por algún familiar y muy mejorados respecto a como decían sentirse.
Pero cuando carecemos de coche, una vez mas, nos acordamos de tantos admirados y ejemplares compañeros, que por sus circunstancias personales de salud, etc, no pueden conducir;
Como también de aquel compañero joven, que después de acudir a pasar consulta varios días y atender a cientos de pacientes, además de ir a visitar a enfermos en sus domicilios, recibió varias multas por aparcar, las cuales suponian un coste superior a lo que ingresó por su trabajo de suplente, por lo que literalmente le salio su trabajo en deuda personal.
Lamentablemente vivió una cruda realidad: la indefensión juridica y laboral del médico de atención primaria en España.
Lamentablemente vivió una cruda realidad: la indefensión juridica y laboral del médico de atención primaria en España.