Se trata de uno de los "mantras" mas repetidos por los políticos, para
justificar las actuales reformas sanitarias.
Pero antes de tratar de responder a esta pregunta, tal vez debamos partir de una realidad social en España, que se podría retratar con tres pinceladas:
1- Los políticos son el colectivo peor valorado por los españoles y pasan a
ser uno de los mayores mayores problemas sociales, por encima incluso del
terrorismo.
2- Los médicos son uno de los colectivos mejor valorados por los españoles y
representan una de sus bases principales de apoyo social, junto a la
familia y las instituciones de la Iglesia
3. La forma mas eficaz para protegerse de los políticos (al igual que
de los delincuentes) es por medio de la justicia y las fuerzas de orden
publico.
Con la singularidad, de que gran parte de las justicia esta fagocitada y
controlada por el propio poder político;
Es por ello que las mismas
Fuerzas de OP. a menudo se ven obligadas a exponer las hechos delictivos ante la opinión pública y a través de los medios de
comunicación, para denunciar y forzar –no siempre con éxito- la
actuación de la Justicia.
Dicho esto debemos admitir, que si la calificación y cualificación de funcionario
tiene sentido, es precisamente para conformar y reforzar los tres pilares
más básicos de la sociedad:
1- La seguridad (ejercito y fuerzas de op.), 2- La justicia (jueces y demás
personal judicial y penitenciario) y 3- La sanidad (médicos y demás personal sanitario), tres pilares que, por su
propia esencia, no deberían estar (salvo
excepciones) en manos de intereses privados.
Pero ¿donde se halla el origen de este nuevo mantra?, ¿Como, cuando y porque
se genera una dinámica político-social tan disparatada?
Parece evidente que en la España de hoy, con casi 6 millones de parados, un
trabajador fijo es un objetivo fácil
para encauzar el resentimiento social, y los funcionarios parece que han recogido el testigo que dejaron los inmigrantes, y antes de estos: los famosos y artistas.
Y singularmente los médicos, parece que volvemos a ser moneda de cambio o "piezas de caza mayor":
Si durante las últimas décadas, se fomentó la precariedad laboral, como medio para el control y manipulación del colectivo médico (sin
convocar oposiciones, etc.), parece que ahora se trata de hacerlo por
medios diferentes, pero el argumento resulta especialmente cínico y perverso,
por cuanto los mismos políticos presumen de su condición de funcionarios para justificar su honorabilidad profesional al acceder a su trabajo a través de una oposición, por ejemplo la expresidenta de la C. de Madrid se
reincorporó a su puesto de funcionaria de una empresa "turistica".
Lo mismo sucede con la alcaldesa de Madrid, que tambien presume de su plaza administrativa conseguida por oposición, o hasta el mismisimo presidente del gobierno,
perteneciente al glorioso cuerpo funcionario de registradores.
Nadie duda que la
sanidad publica esta mal gestionada, como la justicia y posiblemente también la
seguridad, pero ¿alguien en su sano juicio, cree que se soluciona contratando como jueces a abogados amigos, familiares o con buena imagen.. y sin ningun criterio objetivo ? ¿vigilantes jurados y médicos, tambien?
Si es así ¿como, donde y cuando se realiza la selección de personal? :
¿Mediante un casting y
en un hotel de lujo, como al parecer se hizo en el caso de un conocido hospital de Levante, modelo de gestión privada? ¿Durante el día, la tarde, la noche?
¿Con que criterios valorativos?: ¿Imagen, parentesco, simpatía, filing, preparación,?
No dudamos que el funcionariado puede estar hipertrofiado en nuestro pais, como también que adolece de orfandaz de responsabilidad, en parte por haber sido
utilizado por el propio poder político, pero también
es cierto que posiblemente no haya colectivo más dócil laboralmente que este, para
ser redirigido con criterios de eficacia y responsabilidad.
Pero este país es, sin duda, un pais de vandazos: se pasa de un extremo a otro
con la misma facilidad con la que se mueve un columpio.
Y la sanidad de nuevo pasa a ser campo de experimentación
para los políticos.
Si hace 30 años se instauró un modelo colectivista radical, inspirado en el modelo cubano y superándolo en extremismo, un sistema que disolvía la jerarquía profesional en pos de
la igualdad, hay que reconocer que el modelo ya esta agotado.
El resultado es que -en la practica- hoy se hace casi
imposible trabajar como médico de cabecera en España, dadas las condiciones sociolaborales infrahumanas en que se desarrolla su trabajo, y es que, tal vez no exista un trabajador mas maltratado y vejado laboralmente por el poder político, como el médico de atención primaria.
Aunque sabemos que la razón y la verdad son bienes de escaso
valor en la España de hoy, pero aun así, desde esta pequeña ventana, no podemos
dejar de clamar y proclamar lo que creemos es una disparatada y perversa
aberración social.