Un signo de enfermedad social y de deriva autodestructiva, es la aparición de un nuevo "deporte nacional" en España, que supera en recursos al fútbol, y que recuerda cada vez mas a los sacrificios humanos del circo romano, se trata de "la caza del famoso".
Resulta paradójico que mientras en el mundo, el progreso universal de derechos hace desaparecer la caza del zorro y hasta se cuestiona el sacrificio de los toros, aquí hay una parte de la población que carece de mínimos derechos por el solo hecho de alcanzar notoriedad pública, a veces de forma indirecta e involuntaria.
Desde un concepto nazi de la vida, se acepta socialmente que haya personas, incluidos niños, que "les toca" dejar de serlo y perder la dignidad humana, por ser famosos o pariente de alguno, pudiendo ser acosados y destruidos.
Los únicos que están a salvo son los políticos y sus familias, lo que explicaría el origen último de esta perversión social.
Y es que una de las características de las democracias inmaduras, o politicos con carácter más abiertamente psicopático, es el miedo instintivo a todos los poderes sociales, por ello los tratarán de controlar, neutralizar, o en su caso, destruir.
Y no solo los poderes institucionales: Justicia, prensa etc., sino esos otros que surgen espontáneos en la sociedad, fruto de la civilización y que son necesarios para su funcionamiento y desarrollo: enseñanza, sanidad, religión y lo mas importante: la familia
Pero el famoso también es un poder social, como saben bien los publicistas y los propios políticos, que los utilizan en las campañas electorales.
No es casual que los protagonismos mas activos activos de estos acosos a famosos, sean desde los medios "basura" mas aledaños al poder y por profesionales del resentimiento, que conectan y estimulan los mas bajos instintos de la población.
A este respecto cabe recordar las palabras del Dr. Gregorio Marañón: "En todo resentido, lo digo después de muchos años de experiencia, debe buscarse el fracaso o la anormalidad del instinto como una de las claves de su pasión"
No es casual que los protagonismos mas activos activos de estos acosos a famosos, sean desde los medios "basura" mas aledaños al poder y por profesionales del resentimiento, que conectan y estimulan los mas bajos instintos de la población.
A este respecto cabe recordar las palabras del Dr. Gregorio Marañón: "En todo resentido, lo digo después de muchos años de experiencia, debe buscarse el fracaso o la anormalidad del instinto como una de las claves de su pasión"
El primer resultado de este acoso, es una sociedad sin esperanza, la función del famoso es ayudar a soñar y por tanto a vivir en un mundo mejor.
La destrucción y el escarnio público de cantantes y artistas hará desaparecer a corto plazo la copla, el humor singular, etc.. en las nuevas generaciones. Pero lo mas indicativo de su raíz perversa es ver como son decapitados públicamente en el circo romano mediático, para escarmiento aquellos que un día nos hicieron soñar, reír, enamorarnos con su canciones, olvidar problemas... a soñar en definitiva una vida mas digna y un mundo mejor..
En lugar de ser respetados como en otras sociedades más sanas.
La destrucción y el escarnio público de cantantes y artistas hará desaparecer a corto plazo la copla, el humor singular, etc.. en las nuevas generaciones. Pero lo mas indicativo de su raíz perversa es ver como son decapitados públicamente en el circo romano mediático, para escarmiento aquellos que un día nos hicieron soñar, reír, enamorarnos con su canciones, olvidar problemas... a soñar en definitiva una vida mas digna y un mundo mejor..
En lugar de ser respetados como en otras sociedades más sanas.
El acoso y el encausamiento como chivos expiatorios, (casi siempre por delitos inexistentes o infinitamente mas livianos que los de los politicos) a Isabel Pantoja y a su familia, o a " La Campanario" , como victimas simbólicas de este nuevo nazismo, pasarán a la historia como un episodio mas del cainísmo nacional.
Es el espejo de una sociedad cruel, insegura e indigna que genera en el anciano y en el niño, miedo; en la juventud desencanto (no vale la pena esforzarse ni destacar en nada y es mejor ser masa);
Para los políticos: lo ideal electoralmente, una sociedad manipulable que ni exige ni asume responsabilidades.