lunes, 18 de noviembre de 2024

El error más común (o el truco) de los estudios “científicos” publicados en Medicina.

* (El error más común o el truco, dependiendo de la intencionalidad)


       “Todas las lacras de nuestra Medicina pueden reunirse en las dos grandes manifestaciones del dogmatismo: una, práctica, el profesionalismo, y otra, teórica, el cientificismo.
        Consiste el profesionalismo en el intento, deliberado o no, de convertir en lucrativa, en fuente de riqueza una profesión que, aunque legítimamente remunerada, debe siempre tener sobre su escudo el penacho del altruismo.
        Por cientificismo se entiende, en el caso mejor, la fe excesiva en todo lo que viene de la ciencia; y, en el caso peor, se llama así al manejo intencionado de todo lo que no lo es, para pasar por hombre de ciencia y aprovechar indebidamente la prerrogativa que este título supone ante la gente vulgar”. 

                                                      Gregorio Marañón


  Comentamos este artículo del libro: "Humanismo médico en la práctica, a la luz de Marañón"para evitar ver de manera acrítica y como si fueran dogma de fe, cualquier estudio reciente publicado en una revista de habla inglesa”. 

  Y es que consideramos que el error más común de estos estudios publicados, es haber pasado de ser un medio para conocer la verdad científica, a ser un fin en sí mismos, de promoción personal o comercial.

  Y desde este nuevo prisma, esto es: cuando la verdad está supeditada a intereses personales o comerciales, también la elaboración de los mismos está contaminada, estableciéndose un paradigma de investigación que se basa en el enfoque sobre un único factor a estudiar estadísticamente, a menudo patogénico y no etiológico, pero cuyo resultado se asume como verdad cientifica.

(Cuando es sabido que en Medicina, casi todas las patologías son multifactoriales).

Esto es: se convierte lo que es relativo en absoluto.
Es lo que el maestro Marañón definía como "cientificismo" o la medicina dogmática.

  Respecto a la promoción personal o profesional: lo cierto es que hoy en día, casi han desaparecido las pruebas objetivas de conocimientos, como las oposiciones, etc,  y ahora se establecen más en base al número de trabajos publicados, pudiéndose obtener con ellos contratos laborales, cátedras, jefaturas, etc.

  Es la razón por la que también se ha creado un “mercado negro” de autorías: te pongo en el mío y  me pones en el tuyo”, y por la que en algunos “estudios” figuran más de 30 autores, incluso se ha descubierto (en otras disciplinas) quienes poseían más autorías que días del mes.

   Pongamos un ejemplo visto en un programa de televisión, que puede parecer chusco pero resulta muy clarificador:

    Se anuncia un nuevo tratamiento de hemorroides basado en su propio estudio publicado en una revista de habla inglesa (ósea la biblia), en el que se muestra el "descubrimiento" del verdadero origen de las hemorroides, que no es otro que un estrechamiento de una vena anterior al plexo hemorroidal  por compresión a nivel local, y como prueba se muestra una imagen ecográfica del perímetro interior de la vena estenosada comparándola con otra normal.

    En base a este “descubrimiento” se propone como medida definitiva: poner un stent mediante cateterismo a nivel de esa estenosis, y “problema arreglado”.

   El tratamiento se anuncia que ya va a ir a “los estados unidos” pero pueden “ayudar” a cualquiera que se pase por la clínica, privada por supuesto.

    Ni que decir tiene que se obvia que la etiología de las hemorroides es multifactorial: sedentarismo, obesidad, hábitos personales como tabaquismo, medicación concomitante, embarazo, etc.

    Y también que la supuesta compresión local, lejos de ser etiológica seria patogénica y puede no ser permanente sino dinámica, asi como no parece posible que sea solo en un punto localizado sino que sería extensiva.
Por no hablar de las posibles complicaciones de un tratamiento quirúrgico de cateterismo en la región abdominal.

   Si este ejemplo lo trasladamos a la industria farmacéutica, la conclusión seria la misma.

   Basta mirar algunos estudios sobre la eficacia de nuevos fármacos de base sintomática o patogénica y no etiológica, contra la obesidad, migrañas, etc.

   Y es que parece razonable desde el punto de vista comercial, que resulta más rentable comercializar productos de uso continuado (patogénicos) que no, esporádicos (etiológicos).

  A este respecto, es recomendable la lectura del libro de Joan-Ramon Laporte catedrático de Terapéutica y Farmacología:  "Crónica de una sociedad intoxicada ".

O resumido, en esta entrevista: "Las pruebas para ver si un antidepresivo funciona son de chiste, se manipulan. Curar no es negocio".