El maestro
separado de sus discípulos por la escalera, que es la del saber.
Próximo a él, el agua en transparente jarra, como símbolo
de claridad y de vida.
Es posible que
el maestro no fuera ajeno al simbolismo de esta escena.
del sentido de la responsabilidad y del anhelo de la claridad”
Gregorio
Marañón
Si lo analizamos con detenimiento, constatamos que la vocación
médica suele llevar inherente, de manera más o menos manifiesta, una vocación
docente.
Ya sea de forma directa: en tareas de formación de estudiantes y médicos
residentes o en comunión con otros compañeros.
O de forma indirecta: con múltiples formas de expresión como: divulgación
de conocimientos médicos para que lleguen al resto de la
profesión, es el caso de revistas y blogs, muchos de los cuales
contienen actualizaciones y aportaciones clínicas y humanistas muy
valiosas, a veces inéditas o traducción de estudios recientes,
también mediante resúmenes o actualización de lo más sustancioso publicado en
el ámbito médico, etc.
Y asimismo por la publicación de experiencias vivenciales y
testimoniales en el ejercicio profesional, que poseen un gran valor
didáctico al favorecer el aprendizaje por mimetismo.
Pero todos
tienen en común dos elementos:
1- un
afán divulgador de la ciencia médica, que en sí
misma es singular por ser siempre inexacta y por ello en continua revisión y
crecimiento;
2- un fin de trascendencia casi siempre involuntario
e inconsciente.
Y es que como decíamos: esta vocación docente en los
médicos es puramente instintiva o espontanea, como las plantas
que surgen de forma natural entre los huecos de las piedras, pudiendo manifestarse de múltiples formas y extemporáneas.
Tan unida está la Universidad a la Medicina que muchos hospitales llevan como segundo nombre complementario la palabra “universitario” dotándose con ello del prestigio de la enseñanza y de la dignidad y confianza de la Medicina universal.
A igual que muchas Facultades de Medicina se presentan asociadas a hospitales, en perfecta y fecunda simbiosis.
“Quisiera que fuera un acicate más en el ánimo de los médicos jóvenes, y,
sobre todo, de los que están por las zonas rurales, para interesarles en
el estudio de la patologia nacional, todavia atrasada la patología nacional, todavía atrasada.
*Gregorio Marañón
«Tan unida está la Universidad a la Medicina que muchos hospitales llevan como segundo nombre complementario la palabra “universitario”...»
ResponderEliminarEste aserto, amigo Juan, sería un buen epígrafe para este interesante artículo.
Gracias amigo Jose, por poner "la guinda en el pastel".
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