El Dr. Gregorio Marañón en una reunión de compañeros
“Estrechar la mano de un semejante: acto de jerarquía infinitamente superior a la del abrazo, cuyo impulso es el instinto y no el pensamiento.”
“Solo el hombre, aunque no suele darse cuenta de ello, es capaz de este gesto, símbolo vivo en el que los dedos, que otras veces se crispan para crear o que se extienden para bendecir, se doblan ahora noblemente como si se arrodillasen para recibir, los diez juntos, la comunión de la amistad”
*Gregorio Marañón, Discurso en acto académico, Montevideo, 1937
La comunicación humana se manifiesta de múltiples formas, y entre ellas analizamos las más comunes.
A sabiendas de que cualquier vínculo de unión entre los hombres es sagrado, cuya magnitud esta en relación con la cercanía afectiva; y su interpretación solo depende del ojo del que ve o la distancia desde la que se mira.
De forma generalizada, podriamos decir que el abrazo es la donación natural, el beso: el lazo afectivo, y estrechar la mano: la puerta de humanidad abierta con la llave de la voluntad.
Pero hay otro vínculo menos reconocido, que es suma de todos ellos: y es aquel que selló la alianza eterna en “la última cena”, el que cimenta día a día a la familia, y es: comer en unión o “comunión”.
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