Una de los más graves problemas que se encuentran en las sociedades modernas,
es el de las personalidades psicopaticas:
se trata de personas "aparentemente" normales pero caracterizadas básicamente
por su anestesia moral y la consiguiente ausencia de responsabilidad.
No se trata de enfermos mentales, de hecho pueden ser rasgos personales que
solo se manifiestan en determinadas circunstancias o
ambientes favorables, pero se hallan enquistadas en todas las instituciones sociales siendo especialmente
peligrosas las que están en la enseñanza infantil, sanidad, servicios sociales, etc.., aunque los mas visibles tal vez sean los que están en la política.
Son sus características principales: anestesia moral, tendencia irrefrenable al daño personal y
social, y carencia de sentimiento de culpa por su incapacidad para empatizar
con los demás.
Son especialmente peligrosos cuando disponen de poder absoluto y
ausencia de control, como en el caso de hallarse a cargo de victimas vulnerables
como niños, ancianos, discapacitados etc.
Aunque para algunos de ellos su escenario favorito tal vez sea la política,
especialmente en los actuales sistemas democráticos tan cercanos al teatro y a
la pose, pues por encima de todo son
profesionales de la simulación y la manipulación.
Los hay de varias tipologías
1- Expansivos y exhibionistas, con especial predisposición para la politica
2- Apátícos y ocultistas con una frialdad emocional característica, tienen predisposición por entornos laborales singulares con plus de vitalidad como los constituidos por niños, enfermos, etc.., de los que tienden
a vampirizar.
Se trata de un problema social de primera magnitud, dado su gran
destructividad social y su dificultad probatoria, hoy tal vez solo posible con medidas audaces y a través las nuevas tecnologías que permiten grabar los hechos y actos acusatorios.
Y un verdadero reto para este nuevo siglo, dado su gran contagio, y sobre todo, su resisitencia al tratamiento, que solo pasaría por medidas judiciales y tal vez, preventivamente, desde el seno familiar.
Y un verdadero reto para este nuevo siglo, dado su gran contagio, y sobre todo, su resisitencia al tratamiento, que solo pasaría por medidas judiciales y tal vez, preventivamente, desde el seno familiar.
Sobre las personalidades psicopáticas de muchos dirigentes ya hablaba Erich Fromm en "El miedo a la libertad". Es tarea de una sociedad culta, desarrollada y libre anular su pernicioso poder.
ResponderEliminarGracias por la referencia Jose, desde luego es un reto importante que precisa tambien audacia y firmeza para combatirlo, en esto tambien puede jugar un papel importante la Fe... pues al final tal vez se trate del eterno dilema del bien y el mal en el ser humano
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