domingo, 3 de marzo de 2013

Los Médicos de A. Primaria: calificados como objetos de consumo





 Uno de los signos externos mas llamativos y representativos de la actual situación de la sanidad en España, y mas en concreto de la atención primaria en Madrid  -ademas de signo patognomónico de la degradación del acto médico- es la existencia en Internet de portales especializados, donde se califica desde el anonimato, a los médicos de atención primaria,  de la misma forma en que se hace la valoración de una aspiradora, lavadora, vehículo o cualquier otro objeto de consumo. 

Curiosamente no existe hacia otros colectivos sanitarios o extrasanitarios, como enfermería, administración, etc, entre otras razones porque quizás se sepa, que estos colectivos si gozan de protección legal y real, tanto de los sindicatos como de las asociaciones que los representan.
Tampoco se realiza hacia otros médicos especialistas o de hospitales, tal vez por la misma razón.
Hay que decir que, las mas de las veces, además de aportar información, tan solo sirve como medio de expresión del resentimiento de quien no ha obtenido lo que deseaba o  atendido en la hora citada: no se le dieron los fármacos que pedía, la baja que solicitaba o cualquier otro motivo, casi siempre ajeno a la labor propiamente clínica. 
Ni que decir tiene, que existen otras vias legales mas eficaces e inmediatas para expresar disconformidad, malestar o abiertamente denunciar lo que debe ser corregido o sancionado.

Teniendo en cuenta la actual situación de acoso laboral institucional que padece el médico de cabecera o atención primaria, en nuestro país, que debe atender a menudo, a mas 40 o 50 pacientes sin descanso y en menos de 6 minutos cada uno, asumiendo además en ese tiempo, labores de celadores, administrativos, enfermería, informáticos, etc,..  se trata tal vez, de una vuelta de tuerca mas, en su actual indefensión socio- laboral.

Y es que, hechos o realidades como estas, son signos patognomónicos de la degradación social del acto médico y la despersonalización de sus dos principales protagonistas: el paciente ya transformado en cliente, y del médico: en objeto burocrático repartidor de tickets varios.


Lejos de parecer una anécdota , creemos que se trata de algo mas grave y profundo, pues ademas de retratar una realidad social patológica, se ataca un valor básico e imprescindible en la relación medico-paciente como es el prestigio del médico, sabiendo que éste, forma parte de la propia eficacia terapéutica del acto médico.

Afortunadamente existe un espacio inviolable en la relación medico-paciente que es, la mas de las veces, inacesible a la manipulación social
Es esta la grandeza del ser humano, que posee siempre la capacidad innata para ver y sentir la Verdad
 

A este respecto, nos decía nuestro maestro humanista Dr. Gregorio Marañón:

 "La Medicina vive de su indudable eficacia, cada día mayor; pero vive también y actúa beneficiosamente gracias a su prestigio, al mito de su eficacia, que es parte del honor profesional.”
"Cuidar ese prestigio es obligación primordial de los médicos, sin mas limitaciones que las que impone la salud del enfermo y la propia conciencia"

2 comentarios:

  1. Esta consecuencia de la progresiva degradación asistencial de los últimos tiempos, parece ser una característica propiamente hispana. La labor del MF/MG se ha ido complicando demasiado, a causa de la masificación, la burocracia, la barra libre... Nada que ver con otras épocas en las que se levantaban monumentos en honor de "médicos de los pobres". Claro que creímos haber pasado por una fase de (nuevos) "ricos" que ahora se desmorona y, como no hay mal que por bien no venga, podríamos ver en un futuro no lejano una nueva valoración del profesional más próximo al enfermo (y aquí habría que decir: desgraciadamente), por su escasez y por una peor accesibilidad. En fin, amigo Juan, los tiempos mudan...

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    1. Coincido contigo amigo Jose Manuel, en que vendran nuevos tiempos, y que el progreso siempre estará del lado de una mayor humanización de la sociedad, y ello pasará sin duda, por un mayor protagonismo de los "médicos de cabecera".

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