Eugène Hillemacher Edward Jenner vacunando a un niño (1884) |
Tiene la Medicina, unas connotaciones singulares que hacen que se la pueda catalogar, además de como ciencia, también como arte.
1- Una de ellas: que se trata de una ciencia, que es y sera siempre, inexacta, a este respecto G Marañón nos decía :
"La Medicina por mucho que quiera, su ciencia seguirá siendo una ciencia embrionaria, llena de lagunas e inexactitudes, y estas solo se pueden disimular con amor ".
2- Su componente radicalmente humano, hace que sea una labor profundamente moral y etica, y es que, al margen de las ingerencias políticas y sociales, el acto médico siempre será un acto intimo en el que dos seres humanos interrelacionan en torno al sufrimiento humano, de manera bidireccional y transcendente.
La burocracia, la tecnología y el colectivismo profesional, siempre serán barreras o intermediarios incómodos e indiscretos que se interponen en una relación que sobre todo es personal y de carácter humanitario.
Una relación en la que no solo intervienen los conocimientos científicos sino también todo un cumulo de habilidades personales: empatia para conectar con el paciente y capacidad para conllevar el sufrimiento humano, habilidad e intuición para llegar al posible origen de la enfermedad, extrema delicadeza para explicar el tratamiento y sobre todo, tolerancia con las miserias humanas... tal vez no por casualidad, casi todas ellas son virtudes cristianas.
3- Al margen de las presiónes políticas, sociales o mediaticas, el único patrón del médico es y seguirá siendo siempre, su propia conciencia.
El idioma castellano ha creado una de las palabras mas hermosas para definir lo que, por ser humano, conlleva perfección, valor y trascendencia: "artesano", uniendo para ello el arte y la salud.
Ahi esta tambien la complicidad vital y la relación fraternal que se suele establecer entre médicos y artistas.
Son numerosos los médicos que se enfocan en el arte con blogs de calidad excepcional, como Medicina y arte , Medicina y melodía, Medycine, etc; y también el maestro G. Marañón publicó varios libros sobre arte, entre ellos uno sobre su admirado pintor El Greco.
El escultor Pablo Serrano rindió homenaje al maestro G. Marañón. Nadie como el artista aragonés supo plasmar la figura, la obra, y lo más importante: “la sombra”, esto es, el alma del maestro.
Escultura homenaje a Gregorio Marañón, Facultad de Medicina de Universidad Complutense de Madrid. |
Es el artista quien mejor capta el sentido trascendente de la obra de Marañón, que no es el de permanecer enterrada, ni ser expuesta como las columnas derruidas de los templos griegos o romanos, sino que son cimientos de mármol de "Verdad" sobre los que otras generaciones han de construir nuevos pisos, en el siempre inacabado edificio universal de la Dignidad.
Bien consideraba nuestro amado Marañón que la Medicina es un compendio de ciencia, arte y oficio. Entre la inexactitud científica y el oficio (que la benevolencia corporativa llegó a considerar de “sacerdocio”, por la entrega, mientas la ironía popular, en el otro extremo, tildaba al oficiante de “matasanos”), asoma el arte médico como cualidad envuelta en su peculiaridad humanística. Algo, amigo Juan, que se pretende relegar a un segundo plano, por la suprema estimación de la técnica, pero que nunca se podrá desligar de la actividad médica.
ResponderEliminarAsi es Jose, creo que conservando los ideales y la utopia a traves del testimonio de los grandes maestros que nos precedieron, preservamos el entusiasmo, la esperanza y la motivación profesional.
ResponderEliminarE indirectamente se nos invita a la acción, pues no podemos olvidar la cruda realidad de la atencion sanitaria y la gravedad de las condiciones laborales de los médicos de cabecera en España