Es esta, una pregunta que a menudo nos hacemos ante situaciones clinicas graves, como en pacientes con enfermedades neoplasicas e irreversibles.
Y como siempre, hay varias corrientes de opinión: unos creen que es mejor "decir la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad" al paciente, e incluso agravarla para que estén preparados para lo peor.
Y otros, que es mejor ocultar, disfrazar o atenuar la verdad, para evitar sufrimiento, etc. Aunque todos, parece que coincidimos en que si, se debe informar exhaustivamente a la familia mas directa.
En ese dilema nos encontramos amenudo, y singularmente mas, los oncólogos.
Ante estas situaciones, siempre es bueno "echar mano" de los grandes maestros, en este caso de nuestro "humanista de cabecera" Dr. Gregorio Marañón, de él son estas duras palabras:
“Debemos declarar heroicamente que el medico no solo puede, sino que a veces, debe mentir. Y no solo por caridad, sino con el más riguroso criterio científico.
Mucho tiempo antes del auge de la Medicina psicosomática sabíamos todos que una piadosa e inteligente inexactitud deliberadamente imbuida en la mente de un enfermo puede beneficiarle mas que todas las drogas de la farmacopea.
“Ahora repito lo que he dicho otras veces: que estos médicos que atropellan la infinita sensibilidad de un enfermo y de sus familiares con tal de no equivocarse, con tal de que no padezca su reputación, son lo peor de la profesión nuestra; mas nocivos que los médicos distraídos y que los ignorantes”
“Ahora repito lo que he dicho otras veces: que estos médicos que atropellan la infinita sensibilidad de un enfermo y de sus familiares con tal de no equivocarse, con tal de que no padezca su reputación, son lo peor de la profesión nuestra; mas nocivos que los médicos distraídos y que los ignorantes”
Si yo digo “voy a sugestionar a este enfermo", probablemente representaré ante su dolor, una comedia un tanto burda; para mi temperamento, casi repugnante; y útil tan solo si el enfermo posee una categoría espiritual muy poco diferente de la de los salvajes.
Pero si yo tengo fe profunda en mis armas terapéuticas y las aplico, lleno de entusiasmo, a mis pacientes, esta fe y este entusiasmo multiplicaran hasta límites inverosímiles la eficacia bruta de mi jarabe y de mi inyección. Porque esta sugestión que la convicción científica produce en el espíritu del hombre inteligente es, precisamente, el índice más exacto de su poder.
Pero si yo tengo fe profunda en mis armas terapéuticas y las aplico, lleno de entusiasmo, a mis pacientes, esta fe y este entusiasmo multiplicaran hasta límites inverosímiles la eficacia bruta de mi jarabe y de mi inyección. Porque esta sugestión que la convicción científica produce en el espíritu del hombre inteligente es, precisamente, el índice más exacto de su poder.
Como el Cid ganaba batallas después de muerto, la ciencia las gana por su solo prestigio, aun cuando debajo de la armadura científica esté el vacío o quizá el error"
"El medico escéptico, por lo tanto esta casi inerme en la lucha contra la enfermedad." Gregorio Marañón
Personalmente creo, que a priori, es mejor no informar directamente al paciente de un diagnostico con pronostico fatal, pues son multiples los casos que lo corroboran: que "la esperanza tambien es curativa" y que cerrar puertas, aun cuando parezca " objetivamente" (nunca lo es ) que no hay horizonte, es tal vez una forma de cortar y acortar vidas.
http://partedeconfirmacion.blogspot.com/2011/02/por-el-monte-la-sardina.html
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