martes, 20 de junio de 2023

Tres tipos de médicos


Basándonos en las palabras del maestro Dr. Manuel Diaz Rubio, podríamos decir que existen tres tipos de médicos/as o tres formas de vivir -o no vivir- la Medicina, y se definen básicamente con tres verbos: tener, estar y ser.

- El 1º sería: quien tiene el título de Medicina y se dedica a otras labores ajenas o contrapuestas a la misma, como: la economía, la política, el mundo del espectáculo, etc.

- El 2º sería quien está de médico estrictamente el tiempo justo que dura su jornada laboral "de 8 a 3".
(Partiendo de la base que siempre es necesario el descanso, así como la regulación de la actividad laboral)

- Y el 3º sería quien  es médico y se siente como tal las 24 horas del día, los 365 días del año. Se podría decir que lleva incorporado a su ADN el “ser médico”, manifestándose de forma directa o indirecta en su vida.
Incluso va más allá de su propia existencia; El ejemplo más representativo sería el maestro Don Gregorio, cuyo deseo era que las palabras póstumas para ser recordado fueran solo: "Gregorio Marañón médico”.

  Y es que cuando la condición de médico” se funde en el alma, se hace ya   impermeable a las dimensiones del tiempo y el espacio.
  Es lo que expresamos una vez con estas otras palabras, que felizmente han tenido eco entre nuestros hermanos hispanos del otro lado del charco:

No existen fronteras para el médico: su pasaporte es universal, carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad.


*Habría asimismo algunos subgrupos, como el de "médicos estrella"  en contraposición a los "médicos maestro",  y que abordaremos en otro articulo, D.m.

sábado, 13 de mayo de 2023

Crisis de la Medicina hospitalaria ¿Qué crisis?


A raíz de este enunciado, podrían surgir tres cuestiones:

1- "Crisis ¿Qué crisis?". Se basaría en la respuesta psicológica de la negación, y seria porque "Desde dentro, los arboles no dejan ver el bosque" 
2- "Siempre ha habido crisis". Se basaría en la adaptación, pero obvia que todas las crisis tiene un origen, desarrollo y desenlace, y estaríamos tal vez en la última fase evolutiva, requiriendo en cada una de ellas, un tratamiento.
3- "Vale, pero ¿y donde no hay crisis?”.. pues también la hay en la justicia, la política, la educación, la familia, etc. Y aunque esto sea cierto, pero induciría a la resignación, y como dice el refrán: “mal de muchos, consuelo ..”. 

Lo cierto es que como todas las enfermedades -también las sociales- seria necesario un diagnostico etiopatogenico para proponer un tratamiento, pues no podemos olvidar que existe también un gran tejido productivo "sano", y en base al mismo, es posible regenerar todo lo enfermo, asumiendo que tal vez haya "tejido gangrenado".

Existen numerosos informes realizados por expertos, pero si tuviéramos que reducirlo a dos hechos etiológicos, diríamos: 
1- L
a disolución de la responsabilidad profesional. "Se diluye como la tinta en el mar" 
2-
 La relativización o desaparición de la verdad científica. Esto es: todo puede ser verdad dependiendo del cristal con el que se mire, o dicho en lenguaje mas claro: “dime lo que quieres demostrar en tú estudio, y te diré los sesgos necesarios"

A nivel hospitalario se ha producido asimismo una disolución y protocolización de la responsabilidad profesional. Y por ejemplo, donde antes había maestros que tenían discípulos y creaban escuela, ahora hay jefes que ya no son referentes, y si antes era "Don José" ahora es "Pepe".
Pero a su vez dentro de cada jefatura se crean otras tantas "jefaturas-bis", aunque algunas sean para ser solo "jefes de sí mismos". El resto de médicos son "reclutados" mayoritariamente en los residentes, siendo estos el engranaje real de la maquinaria hospitalaria.

Por lo demás, el mérito profesional ha dejado de ser evaluado en general, por pruebas objetivas de conocimientos como oposiciones, pasando a serlo mas por criterios vagos como número de publicaciones en revistas médicas, aunque sea figurando en “décimo segundo lugar”
Estos "trabajos" publicados pueden ser de lo más variopinto y disparatado (Cuanto mas disparatado, mayor difusión tiene) dentro de un submundo, donde es difícil dilucidar hasta donde llegan los conflictos de intereses.

Todo esto generaría una dislocación de la responsabilidad profesional y un eclipse de la verdad científica, dos signos típicos de nuestro tiempo.
Afortunadamente el acto médico, por su propia esencia, seguirá siendo siempre trascendente.


domingo, 30 de abril de 2023

Cantos de la medicina: La medicina desde la óptica de la poesía. Nuevo libro

 

Cantos de la medicina. José Manuel Brea


Se trata de un libro especial pues, que sepamos, no existe otro sobre Medicina expuesto en el lenguaje sublime de la lírica, que es idioma exclusivo de los sentimientos.
Lo que nos confirma en el convencimiento que la Medicina es más que una ciencia y un arte, es sobre todo una pasión de amor, como nos decía el maestro Gregorio Marañón
 "Los médicos debemos trabajar con el convencimiento de que hasta donde no llega la ciencia, llega siempre el amor"

Aunque existen otros poemas sueltos referidos al universo médico, la singularidad de este trabajo es que ofrece desde la óptica de la poesía, una visión panorámica con diferentes enfoques y distintos planos, realizados por el mismo "ojo visor".

Asimismo el autor no es un teórico ni un profesional de las letras, sino un "médico de trinchera" que ha librado mil batallas, y por eso su testimonio lleva girones biográficos y el sello inequívoco de la Verdad.
Se trata pues de un humanismo de "a pie", destilado gota a gota, verso a verso, con el trabajo y la experiencia de años al lado o a la cabecera del paciente.

Cuando le preguntaron al maestro Don Gregorio (Marañón) sus lecturas preferidas, este respondió: "Si tuviera que reducir mi biblioteca a tres libros dejaríaLa Biblia, El Quijote y un buen libro de versos"; Pues bien, no tenemos duda que ese libro elegido podría ser este porque permite deleitarse en lo sublime de la poesía, viviendo  y reviviendo la emoción de ser médico.

El  autor José Manuel Brea, amigo y compañero, es uno de los que lleva en el ADN ser médico de familia, y aunque su modestia le hace alérgico al halago, resulta en este caso justo y necesario su reconocimiento y conocimiento.
Es un libro con el que nos identificamos, diría que todos los médicos, pues vemos expuesto en los moldes dorados de la poesía, nuestros sentimientos en las guardias, en la consulta diaria con enfermos fáciles, difíciles, etc., y en las mil situaciones, a menudo extremas, que vivimos.

De todos los versos, aunque es difícil elegir uno, yo escogería el del "médico rural" porque veo fielmente reflejado, el retrato de mi padre.

Por lo demás, desde aquí, gracias al autor José Manuel por incluirme, junto a otros compañeros a los que admiro, en la dedicatoria del libro, lo que es un fruto más de su amistad.