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| Feliz Navidad y próspero año nuevo |
Cuando llegan estas fechas, solemos -o solíamos- decir: ¡Feliz Navidad! o ¡Felices pascuas!, sin embargo cada vez es más común decir: ¡Felices fiestas!.
Pero esta expresión, lejos de ser una forma trivial, parece claro que conlleva
un significado de mayor trascendencia, pues se trata de un signo más de una
dinámica social iniciada hace años y que busca eliminar el
significado cristiano de estas festividades.
Por el contrario se fomentan otras celebraciones estrañas, aberrantes o abiertamente satánicas, como Hallowen.
Los anglosajones son aún más indisimulados, y directamente eliminan de la palabra "christmas "(que significa la misa de Cristo), "christ" y lo sustituyen por !Merry xmas!.
Parece evidente que no
se trata de expresiones espontaneas pues los políticos –y quienes los
manejan-, llevan tiempo intentando esta ardua tarea.
Recordamos en Madrid a un alcalde, Gallardón, que eliminó todo vestigio de simbolismo cristiano navideño en las calles y lo sustituyó con "palabros" luminosos, algunos
tan aberrantes como “estupro”.
Más tarde otra tal Carmena, tuvo la feliz idea de eliminar a los
reyes magos de la cabalgata y sustituirlos por elfos de los diferentes géneros conocidos, y un desfile circense de duendes y brujas.
Los símbolos navideños, incluso en los centros comerciales, también son sustituidos a menudo por hadas, duendes, elfos y personajes de Walt Disney.
Se habla solo de "la magia de la Navidad"; Ignorando - o sabiendo- que la magia siempre esconde falsedad y truco, al contrario que la Navidad que es fundamentalmente amor e ilusión.
Por lo demás, resulta notorio que en estas fechas también hay nostalgia debido a las huellas que deja el paso del tiempo: sea por la ausencia de seres queridos que ya no están, y también por las secuelas que deja el odio y el desamor en algunas familias.
Pero por encima de
todo, estas fechas son esperanza:
La Navidad es nacimiento y renacimiento para las personas: es la renovación del "divino
préstamo" de vivir cada año, el "segundero de la civilización y de la
historia".
Se podría decir que "la
Navidad es para las personas, lo mismo que la primavera para las plantas",
pues simboliza el nacimiento y renacimiento de nuestra civilización.
Es el niño que nace, o la flor que surge en cada año.
Y
es que como dice José Luis Martín Descalzo:
" A
pesar de las miserias del mundo, cada niño que nace, cada día que amanece, cada
Navidad que celebramos, es la prueba palpable y fehaciente de que Dios ha
apostado por el hombre”.
Y aun siendo Todopoderoso, lo hace a través de la fragilidad y pureza de un niño que nace en un pesebre, con todo lo que ello significa de valoración de la Dignidad humana.
