domingo, 30 de junio de 2013

El Sindrome de estocolmo, como enfermedad social


 
Tal vez se trate de una de las enfermedades sociales mas comunes y de mayor trascendencia en el comportamiento del ser humano, lo que supone un reto y abre un camino, quizas aun por recorrer, para la Medicina como ciencia social.

El maestro Gregorio Marañón nos hace una descripción fisiopatológica magistral y transparente -a través de la parábola- de lo que más tarde se denominaría “Síndrome de Estocolmo”, la enfermedad social de mayor trascendencia en nuestro tiempo, y que se halla detrás de todas las actitudes “aparentemente incomprensibles e indignas” que afectan al hombre, cuando se halla en la encrucijada del miedo, ya sea terrorismo, sectarismo, acosos, etc.

.. ” Y el discípulo exclamó Maestro, eran todos unos Judas”.
“El maestro tardó un rato en contestar y al cabo de unos minutos dijo así a su
discípulo: No, no son unos Judas, amigo mío, son solamente Pedros.
Fíjate en que me han negado, no porque fueran malos, sino porque tenían miedo:
El hombre no está hecho para desafiar el peligro más que cuando sus instintos son
más fuertes que el miedo.
 

Y ciertamente la dignidad no es un instinto, sino una cualidad
brillante que llevamos como una condecoración en las grandes paradas de la
humana vanagloria, pero que, cuando pasamos por un trance arriesgado, nos olvidamos
de colocar sobre nuestra carne pecadora.


Pero el instinto sin un gran antídoto de experiencia es invencible y nos conduce
ante el peligro, a renegar. Mas renegar no es traicionar: Renegar es más fácil y está
al alcance de todos los hombres. Traicionar es más difícil: se necesita para una
buena traición tanto arte como para conquistar una ciudad murada. El perjurio de
Pedro lo hubiera cometido igual cualquiera de sus otros discípulos. Aquella sutil y
sacrílega traición solo Judas la pudo cometer.”


Gregorio Marañon Obras Completas, IV, pág. 365.

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