Los
médicos de España hoy, alzan la voz contra la denominada Ley de la
eutanasia, que supone para la mayoría de nosotros una violación del eterno y
universal Código deontológico y un atentado contra la Dignidad humana.
En estos momentos
tristemente oscuros y dramáticos de la historia de la humanidad, y al
contrario que durante otros similares como el nazismo y la actitud que tomó de
la Medicina alemana, la Medicina española sí reacciona y deja un
testimonio de Dignidad y humanismo, para ahora y para siempre.
Spiriman
anuncia que el cáncer que padecía "ha desaparecido" de su cuerpo . El
médico ha calificado su "espectacular" curación como "su
milagro" basado en la confianza en la evidencia científica: REDACCION MEDICA
Cuando hablamos deSpiriman nos referimos alseudónimo con el que es conocido popularmenteel querido y admirado compañero Jesús Candel,médico granadino que milagrosamente ha vencido y está venciendo a un cáncer teóricamente irreversible.
Siempre he sentido una profunda admiración y emulación por esos espíritus quijotescoscomo Jesus, que no pueden vivir su existencia sin luchar con pasión contra lo que es intrínsecamente injusto, falso o indigno: por esa Verdad eterna y universal que está al alcance de todos pero especialmente de los niños y las almas limpias.
Son aquellos que, desafiandohuracanes, tempestades, terremotos o tsunamis, se enfrentan al mar de la vida con pasión, determinación y confianza.
Se trata de personas singulares con una sobrecarga de energía positiva, sin duda tocados por la mano de Dios. Hay que decir que Granada, es a nuestro juicio, la Mancha donde hoy en diasurgen mas de esos espíritus quijotescos profundamente hispanos y por ello universales.
Al querido y admirado compañeroJesus Candelahora le ha tocado enfrentarse en su vida, a un nuevo tsunami: el del cáncer, y sin duda su espíritu sobrenatural lo está venciendo y lo vencerá como lo ha hecho otras veces, en este caso junto con la ciencia, y porque los milagros también existen.
Y todos los que hemos podido transitar por la vida una cierta distancia y con los ojos mínimamente abiertos, hemos podido observarlos aunque la mayor parte de las veces sin reconocerlos como tales, pero si lo han hecho y expresadoalgunos grandes maestros de la Medicina como Gregorio Marañón, que al respecto nos decía:
- “La
razón conduce inexorablemente a Dios, y el milagro ni quita ni pone, a la
suprema verdad de su existencia”.
Quien ha creado el mundo, que es un puro
milagro universal, diario, repetido, de cada ser vivo, en cada una de las
vibraciones infinitas de los átomos que nos circundan, en cada uno de los
instantes del tiempo, ¿por qué no ha de contradecir, cuando le plazca, las
leyes que gobiernan la vida y la muerte?
¿Y cuándo esas leyes se cumplen con
arreglo a las pautas de lo que creemos natural? No son menos reveladoras de la
grandiosa e inescrutable realidad de Dios”.
Sólo
quien pasa por la vida con una distracción de mineral puede necesitar de los
prodigios, o de lo que llamamos prodigios, para aceptar la divina realidad.”
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“Si
se demuestra que la campana de Velilla no toca sola, sino que la tañía un
sacristán furtivo, o si se explica por una razón física lo que parecía brote
milagroso de una flor, habremos destruido un error, pero el milagro subsiste,
porque milagro es la voz de los bronces y el ritmo misterioso de la savia en
primavera...”
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- Nada malo sucede porque se atribuya, por ejemplo a
prodigio divino
la curación de una enfermedad que en el orden natural, hubiera también
desaparecido. Mucho
más peligroso es, por ejemplo, convertir una idea arbitraria, nacida tal vez en
la mente de un insensato o de un resentido, en mito salvador, al que hay que
sacrificar la libertad y la vida individuales o el porvenir de una nación
entera.
Una de las cosas que resultan más llamativas durante esta larga pandemia mundial, son los numerosos juicios
clínicos y aseveraciones cientificas formuladas por supuestos expertos, la mayoría de las cuales se
han demostrado erradas, contradictorias o antagónicas.
Tambien sorprende la extensísima amalgama de expertos que las formulan: desde médicos con excasa o nula experiencia asistencial, especialistas en todo menos en
epidemiología, supuestos investigadores quetrabajan ohan trabajado en algún laboratorio, o que simplemente pasaban por allí; Además de sociólogos, informáticos o multimillonarios, etc.
Y llama la
atención tambiénla seguridad con la que
formulan sus aseveraciones cientificas o sus pronosticos epidemiologicos, casi siempre acompañados de una indisimulada presuncion.
La realidad sin embargo parece que es más sencilla y ya nos la indicabannuestros antepasados: los grandes maestros de la Medicina como Gregorio Marañón, que con sus palabras nos resitúan
en nuestra humilde y frágil condición humana, y al mismo tiempo situan a la Medicinaen el lugar que siempre leha correspondido: comouna ciencia inexactay experimental en continuo progreso y evolución.
"La
Medicinapor mucho que quiera, su ciencia seguirá
siendo una ciencia embrionaria, llena de lagunas e inexactitudes,
y estas solo
se pueden disimular con amor ".
"La Medicina es como profesión
excelsa, pero como ciencia humildísima, y hay que aceptar esta insuficiencia y
esta humildad en gracia a esta excelsitud"...
Técnica es desde que el hombre existe, pura y
simplemente ansia de sufrir, de luchar contra esa cadena que Dios, es cierto,
ha fulminado contra el ser vivo, pero añadida generosamente la ilimitada
posibilidad de atenuarla por el esfuerzo nuestro, hasta que el último dolor sea
cancelado
“El médico debe ser antes que experimentador, naturalista;
para serlo, le basta ver con ojos de investigador lo que la naturaleza en forma
de dolor le presenta”.