Aunque la etiología del cáncer sigue siendo en parte desconocida y posiblemente multifactorial, si sabemos que existen algunos factores etiológicos cancerígenos demostrados, y uno de ellos es la ingestión de derivados plásticos, que es el material constitutivo de las "tablas de cortar" de establecimientos comerciales de alimentación .
Y es que hoy
en día, es norma común y obligada en establecimientos públicos de carnicerías,
pescaderías, etc. : el uso de tablas de plástico (de polietileno,
propileno, etc.,) para el corte y manipulación de alimentos, especialmente
carnes y pescados.
Si antaño eran de madera, hoy lo son de plástico,
lo que hace que cada porción de carne o pescado comprado, conlleve también su
correspondiente ración de virutas de plástico para ser
consumidas posteriormente -a modo de aderezo- a altas temperaturas en forma de
fritos, asados. etc.
(Aunque
para camuflarlo visualmente se suelen utilizar tablas plásticas de color rojo
para carnes o blancas para pescados)
¿Cómo puede
influir este consumo masivo de derivados plásticos en la salud y que relación
puede tener con la actual pandemia de cáncer en general y de colon en
particular?
Que sepamos
no hay estudios concretos y epidemiológicos que lo especifiquen pero parece razonable pensar
que tal relación ha de existir, y en el caso del consumo de carnes rojas, este factor tal vez sea aún
más determinante.
Y es que las virutas de plástico
que acompañan a la carne o pescado pueden llegar a ser proporcionalmente muy
numerosas, sobre todo cuando hay cortes múltiples o con golpes, como el caso de
carnes con hueso: chuletas, pollo o carne picada, etc...
Y estas virutas plásticas resultan especialmente nocivas al someterse a altas temperaturas, (por fritos, asados, etc.) con formación y liberación de derivados altamente tóxicos y con gran potencial cancerígeno como dioxinas, hidrocarburos, ftalatos (DINP y DIDP), bisfenol A (BPA), antimonio, etc.
Para
constatar esta realidad, basta observar en los establecimientos publicos el desgaste de las tablas de
cortar, y podremos ver todo el material plástico que ha sido
“devorado” tras los sucesivos cortes deformandose hasta perder gran parte de su masa, lo que permite deducir el plástico ingerido para el consumo
humano.
Tal vez no
sea casualidad que en los países donde todavía se sigue manteniendo el uso
comercial de las tablas de madera, como en Latinoamérica, tengan proporcionalmente
menor incidencia de cáncer de colon, a pesar de consumos a menudo más
elevados de carnes manipuladas ( sobre todo pollo), posiblemente este factor sea
determinante.
Lo cierto es
que no resulta comprensible la normativa instaurada en su día, que sustituyó
el uso de las tablas de cortar de madera -material natural de toda la vida-,
inocuo y de fácil limpieza con soluciones jabonosas; Se supone porque tenía
mayor porosidad, y predisposición a contaminación bacteriana, pero esto no es
así, además de que hay maderas más compactas
La realidad
es que las tablas plásticas de cortar, son mucho menos resistentes a los golpes y cortes multiples de cuchillo, lo que afecta a su estructura. Pues al ser elástico
y deformable, lo hace en la practica un material mucho más poroso, desgastable
y cavitable, por tanto más predispuesto a la contaminación por bacterias , especialmente anaerobios: clostridium botulínico, etc, y en general menos
higiénico pues es más difícil su lavado con soluciones jabonosas.
Y
sobre todo, porque parece probado que -estructural y funcionalmente- resulta nocivo para la salud. Y esencialmente altamente
toxico cuando es ingerido tras ser sometido a altas temperaturas"
Confiemos en
que las autoridades sanitarias reconduzcan algun dia esta situación y que tras estudios experimentales que confirmen estas hipótesis, recobremos una realidad preventiva más
natural y saludable.