Dr. Gregorio Marañón junto al Dr. Jimenez Diaz |
Existen muchos
medios para poder reconocer a un buen médico, pero quizás hay uno, especialmente
significativo pues permite valorar desde dentro, la cualidad vocacional -y por consiguiente también la calidad profesional- de
un médico, y este es sin duda: su grado de compañerismo.
Y mas
especialmente cuando se dirige hacia médicos ya jubilados -que lo
han dado todo- o hacia aquellos que son promesa de futuro: los jóvenes
estudiantes de Medicina.
Y es que, a través del compañerismo se
expresan multitud de valores y variables personales, profesionales y sociales.
Podríamos definir al "compañerismo: como el
fraternal sentimiento de amistad que surge espontáneo, hacia quien comparte el
mismo camino y destino: la
dignidad humana, y hacia quien sostiene el mismo peso: el de la responsabilidad".
Por ello cuando falta, habría que pensar que algo
esta fallando, de manera ocasional o permanente, en cualquier punto o fase del proceso vital de ser
médico.
Si bien es cierto,
que como todas las conductas humanas, pueden estar sometidas a numerosas
condicionantes, por ejemplo no es lo mismo mostrar y
demostrar compañerismo atendiendo a un colega, después de ver a mas de 60
pacientes disponiendo de 5 minutos cada uno, que después de ver a 5
pacientes disponiendo de 60 minutos para cada uno.
Pero en
cualquier caso, también puede servir para retratar condiciones sociolaborales de sobrecarga asistencial y acoso laboral, que conllevan a la
despersonalización del médico.
Afortunadamente parece alejarse la época (coincidente con la colectivización del médico y la consiguiente dilución de la responsabilidad personal "se diluye como la tinta en el mar") en la cual, en algunos Centros de salud, a los suplentes se les endosaba (como en las "novatadas") las tareas mas engorrosas y laboriosas, sobrecargandoles con las urgencias o avisos domiciliarios de todos los demás "veteranos".
También habría que hacer diagnostico diferencial con otras dos conductas atipicas :
- Una, es la distancia terapéutica defensiva simbolizada con
la barrera del "usted", que establecen algunos compañeros cuando se hallan sometidos a una situación de gran estress en los servicios de urgencias.
- Otra, es la derivación patológica del
consustancial espíritu de sacrificio del médico, hacia el masoquismo, sentimiento autodestructivo que padecen y parecen querer compartir tambien con " fraternal compañerismo" con sus otros colegas.
Debemos confesar
que una de las cosas que resultan mas dolorosas, como médicos, es sentir en cualquier circunstancia personal o familiar, esa ausencia de compañerismo por parte de algún colega, situación que es vivida casi siempre como una
herida o desgarro profesional.
Aunque dada la época que nos ha tocado vivir, tal vez
todos llevemos en este sentido, algunas "heridas de guerra" -que al poco ya se
hicieron cicatrices-.
Pero también
debemos admitir que una de las mayores satisfacciones y
compensaciones profesionales que tenemos como médicos, es
poder sentir y compartir ese compañerismo;
Un valor o sentimiento que resulta siempre fecundo... tal vez por ser eterno y universal.
A este respecto,
recordamos lo que ya dijimos una vez:
"No existen fronteras para el médico: su pasaporte es universal,
carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad".
Ole!
ResponderEliminarGracias Jose, como siempre por tu estimulo y aliento.
ResponderEliminarMuy chulo !. Viva el compañerismo !
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