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lunes, 17 de julio de 2023

La alta tasa de suicidios en mujeres médicos ¿Por qué?


Detrás de este titular grave, se encuentra una realidad dura y difícil de abordar pero necesario de afrontar. Y lo hacemos como continuación del tema anterior.

Partimos de la convicción que, profesionalmente hablando, ser médico es la vía mas directa para ser feliz y vivir con plenitud, aunque como todo lo valioso de la vida, no esté exento de dificultades o excepcionalidades.

Y es que los datos del último estudio* realizado en España sobre suicidios en la profesión médica y singularmente en mujeres (entre 2005 y 2014) resultan inquietantes y hablan por sí solos:  *1*2*3*4*5*6

Por cada médico hombre que se suicida, lo hacen 1,53 médicos mujeres. Respecto a la población general, las médicas tienen un porcentaje de suicidios hasta 8,6 veces mayor que el resto de la población femenina.

Estas cifras serían incluso mayores, si se examinan con detalle. Por ejemplo en el caso de la comparativa entre médicos, se obvia que en el rango de edad en el que se produce mayor incidencia de suicidios (40-60 años), la proporción de mujeres médicos (en 2005-2014), era todavía inferior al de médicos hombres, por lo que las cifras reales serían superiores.
Asimismo en el caso de la comparativa con la población general femenina, también se obvia que en las cifras generales de dicha población se incluían adolescentes, por lo que si se comparara en la misma franja de edad (40-60 años), las cifras se multiplicarían considerablemente.
El hecho de que estos datos sean anteriores al "xsunami pandémico", hace sospechar que lejos de mejorar la situación, se haya agravado.

Llama dolorosamente la atención que sea la única profesión donde el índice de suicidios es notoriamente mayor en mujeres que en hombres. 
No ocurre lo mismo en  otras profesiones, también asistenciales, como: enfermería y demás sanitarios, asistentes sociales, enseñanza, etc., con índices muy reducidos de autolisis. Y ni siquiera en las Fuerzas de orden público que, aunque con cifras absolutas generales mucho más elevadas, pero la incidencia en las mujeres que forman parte de ellas, es proporcionalmente muy reducida, al igual que ocurre en la población general.

Ante estos datos surgen mil preguntas: ¿Por qué, donde, cuando, cómo?  ¿Ocurre solo, o más, en España? ¿En qué especialidades hay mayor incidencia?, etc. 
Y en base a los posibles factores etiológicos se podrían proponer tratamientos preventivos.

A nivel social:

Si bien resulta incuestionable que la feminización de la profesión médica ha supuesto una mejoría y un claro progreso social, cabe preguntarse si a nivel laboral o en clave de felicidad personal, también lo ha sido. 
Ello considerando las condiciones socio-laborales que, hoy en día, conlleva la práctica de la Medicina singularmente la especialidad de Familia, caracterizada por la explotación y el maltrato laboral con incapacidad para conciliar la vida familiar y laboral.
 - A este respecto, resulta esclarecedora la respuesta de la numero uno del MIR cuando la preguntaron por qué había elegido la especialidad de dermatología: !Porque no quiero quemarme y quiero ser feliz! 
Tal vez si mejorasen las condiciones sociolaborales de los médicos, se subsanaría esta trágica realidad.

A nivel personal:

La solución, como diría aquel político, quizás sería: ¡vocación, vocación y vocación!
Tratando de dar un sentido trascendente al acto médico y a la propia vida.
Y una forma de lograrlo seria recuperando el "salvavidas" que nos regalaron al nacer, nos malvendieron durante la infancia y nos robaron en la juventud: hablamos de la fe en Diospues estamos firmemente convencidos que la fe, es la mejor vacuna contra la desesperanza, el miedo y la desesperación.
Porque da respuesta a los grandes interrogantes humanos, desde el sufrimiento a la propia vida.
Existen diferentes medios para lograrlo: como a través de los numerosos "artesanos y obreros de la Verdad" que con su testimonio, su obra y su vida son autenticas semillas: Martin DescalzoGregorio Marañón, etcO desde la propia fuente de las Sagradas Escrituras. 
Pero también a través de la belleza como primera manifestación de Dios, en sus múltiples formas: música, arte, naturaleza, etc. 
Tal vez lo importante sea iniciar la búsqueda y de forma casi invariable, aparece o reaparece el don de la Fe, que también conlleva compromiso.

Por lo demás, habría que admitir que los trabajos -especialmente los más vocacionales- no deberían ser asumidos como una carga o condena, ni siquiera como solo un medio de sustento, sino como un fin en sí mismo,  y  un regalo, por ser vía de realización personal. Y cuyo resultado -como el dolor fecundo del parto- ha de ir indisolublemente unido a la vida y a la felicidad humana.

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5 comentarios:

  1. Gracias Juan por la valentia de tratar un tema tan duro, como dices, y como siempre por extraer lo mejor de lo peor, Al margen de estos datos objetivos que indican que socialmente hay muchas cosas que cambiar o arreglar; Hay que decir también que la mayoría de medicas al igual que los compañeros, estamos en general felices y realizadas con nuestro trabajo y luchando tambien cada dia por hacer de nuestra profesión compatible con nuestra vida familiar Un abrazo

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    1. Gracias Isa por el comentario estimulante y como siempre, agrandado por la amistad.
      La verdad es que es un tema que me resultaba muy duro y difícil de tratar pero que me sentía en el compromiso de abordar , porque me parece que no se puede permitir esta situación aunque sea excepcional. Pues ambos sabemos que, profesionalmente hablando, ser medico es la vía mas directa para ser feliz y pleno en la vida, Aunque como todo lo valioso en la vida, conlleve también dificultades a veces.

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  2. Amigo Juan, escribí hace tiempo sobre los suicidios en médicos en el apartado «Medicina, estrés y suicidio» de una entrada sobre el suicidio en general:
    https://medymel.blogspot.com/2011/01/en-torno-al-suicidio.html
    Desconocía que la tasa de suicidios en profesionales de la medicina fuese mayor en mujeres, pues el sexo masculino se considera factor de riesgo en el suicida. Podría explicarse por la feminización de la medicina y quizá por una mayor sobrecarga estresante extralaboral en las mujeres que se une fatalmente a la laboral. Habría que determinar las verdaderas causas para abordar el problema.

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  3. Quise decir «factor de riesgo suicida».

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    1. Gracias querido amigo Jose Manuel por contextualizar mas el tema. Si, recordaba que en distintas ocasiones habias tratado el tema. Sin duda es un gran dilema difícil de asumir que sea la única profesión donde la incidencia femenina es notoriamente mayor y debe haber causas concretas, que ojalá se estudien y aborden.

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