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jueves, 19 de julio de 2018

Dia de la marmota: La explotación laboral de los médicos de familia, en verano: mas y peor



 REPRODUCIMOS EL MISMO POST ESCRITO HACE 3 AÑOS Y QUE PODRIA SER IDENTICO EN LOS ULTIMOS 14  O 24 AÑOS: 
(16-8-2015)
Como todos los veranos -coincidiendo con las vacaciones y la ausencia de sustituciones de médicos en los centros de salud-, se pone de manifiesto de manera más diáfana y transparente: la actual situación de explotación laboral de los médicos de familia en España.
 Y al igual que cuando baja la marea, lo que queda al descubierto y se ve con mayor nitidez, es: todo un complejo entramado o sistema parasitario montado en base a la explotación del médico y el maltrato también del paciente:

Por ejemplo se pueden ver Centros de salud, con 2 o 3 médicos -literalmente torturados-  haciendo el trabajo de 6 o 9, y por ello atentiendo en consulta a más de 50, 70 o 120 pacientes, disponiendo de menos cinco minutos para atender a cada uno de ellos. (generalmente se "usan" como suplentes: medicos de familia jovenes en paro, en formación o inmigrantes).
Mientras tanto, el resto de personal sanitario y no sanitario, sí suele disponer de sus respectivos suplentes y por ello haciendo el trabajo con su carga habitual, que en en el caso de otros profesionales sanitarios, puede o suele ser: consultas de 4 o 5 pacientes por día.

De forma  expresiva y metafórica, se podría decir que los centros de salud son en verano -más que nunca-:  centros de tortura para médicos, y de ocio y relax para el resto de personal sanitario y no sanitario
O lo que es lo mismo: "Auswich" para médicos, y "Marina-dor" para el resto del personal laboral.
Mientras tanto, continua en "paradero desconocido" y como siempre ausente: la responsabilidad en la gestión sanitaria, y se mantiene el Top-secret mediatico que rodea a esta gravísima realidad social.

Todo esto, ya lo describimos con mayor detalle y profundidad en esta otra entrada:
Todo lo que hay detrás y alrededor del acto médico y de la "barra-libre 
No confiamos por desgracia con los tradicionales  supuestos representantes profesionales, incluidos dentro de dicho sistema parasitario, y que parecen mas entretenidos en conseguir mejoras economicas espureas que condiciones laborales dignas.

 Y es que al final, las grandes victimas son como siempre el medico y el enfermo (unos sin saberlo y otros sin quererlo saber)..,. y la sociedad entera, pues la degradación del acto médico conlleva una desvalorización de la dignidad humana y supone un retroceso social.6

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