Páginas

viernes, 18 de septiembre de 2015

El poder terapéutico de la FAMILIA y su valor social



Se suele decir que lo principal es la salud, pero seria más exacto decir que lo más importante es la familia.

Es sin duda la familia: la base de la persona y la co­lumna principal de la sociedad, por ello todo cuanto se hace para su fortalecimiento, cuidado y conservación es la mejor “inversión” personal y social.
Los médicos sabemos muy bien, que muchos problemas de sa­lud: desde un simple catarro a cualquier enfermedad hasta hace poco incurable, se controlan o curan no solo por los avances de la Medicina -sino y sobre todo- por el esfuerzo, el dolor, la dedicación y el cariño de la madre, padre, esposa, hija... en definitiva: de la familia.

El enfermo sabe y siente que el peso del dolor y la preocupación de su enfermedad son compartidos de forma incondicional por su fa­milia. y cada paso en su mejoría lo es también para ella. Y cada grado de felicidad también, esto hace que sea quizás el estimulo mas importante para seguir lu­chando, día a día, y fortaleciendose sus cimientos. 
La Medicina y los demás servicios sociales a veces podemos poner "ruedas" pero sabemos bien que quien verdaderamente  "empuja" es la familia.

El niño aprende, antes incluso de ver la luz, que su vida, su sa­lud y su futuro, es lo mas importante para alguien, en este caso a través de la figura de la madre, y este será el mejor regalo y el motor  principal de su vida
Hoy sabemos por diferentes estudios, que la entrega  incon­dicional de la madre al hijo, sobre todo en los primeros años, si bien  complementándose con la del padre, es el molde donde se for­jan los cimientos de la persona.
Recordemos que el niño aprende por mimetismo: por el ejemplo del sacrificio de los padres por  superarse, incluso por sus limitaciones...  
Es la familia pues, la estructura social mas elevada, siempre mejora­ble e imperfecta, pues ninguna obra humana no lo es; siempre construyéndose o reconstruyéndose, lo que la revaloriza aun más.
Su valor solo se conoce realmente cuando se pierde o cuando se llega a algún limite humano, por eso desde la visión del me­dico se sabe bien su precio.

Los tiempos tan acelerados que vivimos, obligan a ve­ces a mirar demasiado hacia adelante, olvidándonos tal vez que también hay que mirar hacia los lados, atrás y "hacia arriba".
Hacia los lados para disfrutar de todo cuanto se halla alrededor desde los objetos, la casa, y todo cuanto se ha conseguido con el esfuerzo del trabajo, hasta la naturaleza, la comunidad  y sobre todo de lo mas importante: de la presencia de los seres queridos.
También es necesario mirar hacia atrás: para recordar que ese camino andado y el que queda por andar solo es posible pisarlo porque ya antes fue marcado y alla­nado  por el esfuerzo, el sacrificio y la vida de otras generacio­nes que nos precedieron: Los abuelos, de ahí la deuda que hay hacia ellos.
No debemos olvidar su im­portancia en la salud social, pues representan la memo­ria social y la sabiduría de la experiencia, en la familia su presencia es doblemente fructífera, mas aun para los niños pues  les permiten nutrirse del fruto de dos generaciones, fa­vorecida por esa mágica comunicación que hay entre  abuelos y nietos.

Y por ultimo es necesario, a nuestro juicio, en el camino mirar "hacia arriba" ,porque cuando la cuesta de la vida es muy empinada, se cae o se desvía, solo se puede "ver" mirando "desde arriba" , que es de donde viene  "La luz", que marca y da sentido al caminar.

Es en la familia, donde se aprende la gran lección de la vida: que la Dignidad del ser humano no depende de las circunstancias: edad, salud, color de piel, estar dentro o fuera de su país,.. dentro o fuera de su madre.

Todo lo cual hace "pensar y sentir" que la vida, día a día,  y en cualquier  circunstancia, siempre “siempre”, es un Don.
 Nos iluminamos, una vez mas, con la luz de nuestro maestro de cabecera G. Marañon:

 “La familia es la agrupación elemental y fundamental del hombre, engendrada y mantenida por el amor, rodeada de las más delicadas fruiciones materiales y bendecida por Dios”.
Obras Completas, tomo IX, pág. 639.
 “Somos los grandes y los pequeños, mucho de todo lo que fueron nuestros padres remotos, y a su través, mucho de lo que fue la historia de toda nuestra raza, y aun gotas diluidas de todo lo que fue el genero humano.
(M) Pero sobre todo somos tanto, tanto de lo que fue nuestra madre, y a su través de lo que fue el varón que nos engendró y que compartía con ella la lucha
vital”.
 

Obras Completas, tomo II, pág. 297.

"El alma del niño parece no percatarse de las cosas; pero las recoge todas y las absorbe; guardándolas avaramente en sus estratos mas profundos; y allí, lentamente,  mientras a los ojos vulgares del niño juega y ríe, en plena e inconsciente inocencia, se va fraguando el espíritu y el carácter de mañana en moldes definitivos.
 

Lo que seremos luego, en este orden de cosas, está ya escrito desde nuestra niñez; y lo escriben las acciones, las palabras, casi los pensamientos de los que nos rodean desde la cuna."
OC. pag. 242

2 comentarios:

  1. Anónimo20 de septiembre de 2015, 16:59
    De acuerdo en todo, y supongo que es difícil para nadie no reconocerlo, lo que es lamentable es que sabiendo de su importancia no se proteja mas a la familia en general , por ejemplo haciendo más fácil la conciliación de la vida familiar y laboral.

    ResponderEliminar

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se trata sin duda de otro reto y tal vez otro gran error social que hay que corregir para lograr una sociedad sana y progresiva socialmente.
      A este respecto copio y pego, algo que escribí hace algunos años y que por desgracia parece sigue siendo aún más vigente hoy:

      Una de las características de las democracias inmaduras, o tal vez de los dirigentes inmaduros o con carácter más abiertamente psicopático, es el miedo instintivo a todos los poderes sociales. Por ello, los tratarán de controlar, neutralizar, o, en su caso, destruir. Y no sólo los poderes institucionales: Justicia, Prensa etc., sino esos otros que surgen espontáneos y que son necesarios para el funcionamiento y desarrollo social: enseñanza, sanidad, religión y, sobre todo, la familia. La Iglesia y la familia son los más atacados, por ser donde se forjan los cimientos de la libertad individual y la conciencia moral: los dos antídotos que impiden el siempre regresivo paso de individuo a masa, y por ello dificultan su manipulación.
      Ya refirieron Marañón y Ortega que las características de las masas son la ausencia de responsabilidad, la sustitución de la razón por la sugestión y su fácil manipulación por personalidades sin freno moral. Los que organizan las propagandas ya cuentan con ello- diría-. Los constantes y obsesivos ataques a la Iglesia responderían a esta dinámica. Respecto a la familia, el combate es aún más profundo y silente: se destruye su concepto y estructura, se estimula su disolución y se cosifica a los hijos, se dificulta la concepción en favor del rendimiento laboral y se facilita el exterminio del hijo si está dentro de su madre, utilizando los mismos argumentos que durante el nazismo y la esclavitud.

      Eliminar