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martes, 24 de febrero de 2015

Médicos sabios/as y médicos "sabiondos/as"

Boceto de Elías Salaverría, en el que aparece el Dr. Marañón pasando visita en el Hospital Provincial
 
Se trata de caracteristicas o facetas que tal vez poseemos todos los médicos, en mayor o menor  proporción, relacionadas quizás con la etapa madurativa profesional.

La caracteristica fundamental de los primeros (médicos sabios o sabias) son: la modestia, la tolerancia y la naturalidad o cercanía en el trato. 
Por el contrario en los segundos (médicos sabiondos o sabiondas), son: la inmodestia, la impostura y la rigidez.
Los primeros: tienen pocas certezas y muchas dudas. 
Entre otras cosas porque saben que la Medicina es una ciencia inexacta y la enfermedad es un proceso que obedece a factores generales objetivos y tambien a factores variables dependientes de cada paciente o circunstancia,  no por ello pierden el entusiasmo  ni abandonan el estudio, para tratar de conocer mas y mejor esos factores genéricos. 
Los segundos: tienen muchas certezas y pocas dudas,  sus creencias se transforman en dogmas automáticamente, a veces apoyándose en un simple articulo de revista, escogido. 
Suelen amar los protocolos porque estos transforman mágicamente la Medicina en una ciencia exacta. 

Los primeros (m. sabios/as): saben que su trabajo -como todos- suponen cuotas de poder que la sociedad otorga, pero que ese poder es prestado y a veces hay que devolver a  precio de usura, en forma de generosidad y tolerancia. 
Por el contrario, los segundos  (m. sabiondos/as): creen o sienten que el trabajo es de su propiedad y les otorga un poder que deben ejercer como patrones o capataces. 

Los primeros: no necesitan de signos externos para  hacer sentir y sentirse médicos, (como insalubres collares estetoscopicos, etc,.., y a veces ni la bata.) 
A los segundos, por el contrario les gusta adornarse de múltiples artificios externos  y suplementar su titulo de médico con otros muchos titulos meritorios a modo de medallas,  preferiblemente que suenen en ingles. 

Los primeros: nadan contracorriente y a favor del verdadero progreso, porque saben que la Dignidad del ser humano es eterna y universal, y no depende circunstancias como: edad, salud, color de piel, creencias, estar dentro o fuera de su país...o de su madre. 
Por el contrario los segundos: siempre nadan a favor del viento, aunque aparenten ir contracorriente.
Suelen abrazar “los protocolos ideológicos” incluidos en los pack políticos, especialmente si llevan la etiqueta de "progresista", aunque para ello tengan que ir contra el Código deontológico médico eterno y universal.
Llegando a  justificar y asumir la eliminación de seres humanos por criterios eugenésicos (personas "inferiores", "inservibles" o "inconvenientes"), aunque aparenten sensibilidad para según cual circunstancia o colectivo desfavorecido. 

Unos, los primeros (m. sabios/as): : son esponjas que absorven y comparten todo cuanto recogen, como semillas, porque saben que la ciencia es universal, en continua busqueda de los enigmas que la naturaleza nos ofrece.
Y otros: los segundos (m. sabiondos/as), son almacenes de datos cientificos, que exponen como escaparates, de manera exhibicionista.

DD- Hay que diferenciar: la rigidez, de la pasión que va unida al caracter humano, pues esta pasión tiene más que ver con el entusiasmo, que como alguien dijo, siempre es signo de salud espiritual. 

Una vez mas, nos iluminamos con estas palabras del maestro Gregorio Marañón:

¿Que es la clinica?
 El juicio clínico se compone de tres factores: intuición, empleo de los metodos cientificos auxiliares, y rigurosa moralidad. Si me preguntaran la categoría de estos tres factores, diria que el principal es el tercero, y el ultimo el segundo. 
 ¿ Cuales son las condiciones o aptitudes que debe poseer y cultivar el clinico?
 La vocación y el estudio, como cualidades positivas; la modestia, la ausencia de pedantería, como cualidades negativas.  
 
Todas las lacras de nuestra Medicina pueden reunirse en las dos grandes manifestaciones del dogmatismo: una, práctica, el profesionalismo, y otra, teorica, el cienticifismo..
Consiste el profesionalismo en el intento, deliberado o no, de convertir en lucartiva, en fuente de riqueza una profesión que, aunque legítimamente remunerada, debe siempre tener sobre su escudo el penacho del altruísmo..
 
Por cientificismo se entiende, en el caso mejor, la fe excesiva en todo lo que viene de la ciencia; y, en el caso peor, se llama así al manejo intencionado de todo lo que no lo es, para pasar por hombre de ciencia y aprovechar indebidamente la prerrogativa que este título supone ante la gente vulgar”.

“Mas lo que suelen olvidar los médicos es que el progreso de su ciencia no depende solo de la difícil experimentación, sino también de la simple observación del enfermo, cuando se hace no como una rutina, sino con espíritu científico”.

Del libro: La Medicina y nuestro tiempo, G. Marañon.


martes, 17 de febrero de 2015

Hombres nuevos: todos "semos" iguales

Incluimos aquí, una vez mas, el articulo de uno de nuestros mas admirados maestros contemporáneos, del que valoramos la claridad, profundidad y luminosidad de su pensamiento.
 Y es que, cuando vemos diseccionada con tanta precisión, la realidad social y vital del ser humano experimentamos una grata sensación de armonía y paz.
Resultan un estimulo vital, algo así como vitaminas del alma, para seguir el camino  marcado a todos los hombres y mujeres: la continua busqueda de la Verdad.

Se trata de Juan Manuel de Prada y este es su luminoso articulo, publicado en XL-Semanal :

Hombres nuevos:

La democracia plantea un problema acaso irresoluble, que es el de la representación política. A la gente se le dice que, a través del voto, elige a sus gobernantes, que estarán obligados por un mandato representativo a atender las peticiones de sus votantes.
Pero lo cierto es que tal representación política nunca ha sido plena; y, en las democracias de nuestra época, puede decirse sin temor a la hipérbole que tal representación es casi nula, pues los gobernantes están al servicio del Dinero, que es el que les da las órdenes. Si la gente cayese en la cuenta de que no existe representación política, se podría desencadenar una revolución que aniquilase este contubernio del poder político y el Dinero; y para que esto no ocurra, se arbitra entonces una emplearemos la misma expresión que Platón utiliza en su República «sublime mentira» que haga creer a la gente que su voluntad es soberana y los gobernantes de desviven por atenderla.  
Así se crea el mito del hombre nuevo democrático, que, a diferencia del hombre nuevo de los totalitarismos, no surge tras un periodo de violencia revolucionaria, sino de manera pacífica, hasta alcanzar lo que Augusto Comte llamaba el «estado positivo de la Humanidad», que a su juicio (¡y tenía razón, el muy bellaco!) se lograría a través de la propaganda y la educación. En esta misma idea abunda Marcuse, quien señala que «la democracia consolida la dominación de manera más eficiente que el absolutismo», sin necesidad de recurrir al «terror explícito».
En un artículo anterior señalábamos que el hombre nuevo democrático era una mezcla del hombre-masa de Ortega, el hombre unidimensional del mencionado Marcuse y el hombre programado de Skinner.
Detallaremos ahora un poco más el proceso que se sigue para lograr esta metamorfosis, cuyo fin último no es otro sino crear por sugestión el espejismo de que somos titulares del poder político, cuando en realidad solo somos sus felpudos. Para que tamaña sugestión cale en la llamada 'conciencia colectiva', es preciso actuar primeramente sobre las mentes humanas, logrando la desconexión plena entre sus estructuras intelectivas superiores (allí donde residen las funciones específicas del pensamiento, la capacidad de juicio y la responsabilidad) y los impulsos vitales, de tal manera que estos dejen de estar controlados por la inteligencia y se conviertan en meras expresiones de la voluntad.
De este modo, mediante la desconexión de inteligencia y voluntad, se logra salvar el reparo fundamental que los partidarios de la aristocracia han hecho a la democracia, pues como atinadamente observaba Donoso Cortés, «si las inteligencias no son iguales todas, todas las voluntades lo son. Solo así es posible la democracia».
Una vez lograda esta desconexión, al hombre nuevo democrático se le infunde la ilusión de que sus deseos e impulsos vitales, puesto que son la expresión más 'auténtica' de su voluntad, deben ser atendidos por el Estado. Pero no hay organización política que pueda atender simultáneamente millones de deseos salidos de millones de voluntades: por eso el gobernante recto no atiende deseos personales, sino que procura atender el bien común; y por eso el gobernante degenerado, para infundir la ilusión de que atiende deseos personales, necesita que todas las personas deseen lo mismo, para lo que es preciso convertirlas en masa gregaria.
Este proceso de masificación social, tan crudamente animalesco, era realizado en los regímenes totalitarios con métodos expeditivos y carentes de delicadeza, pero en las democracias se realiza con métodos mucho más finolis y recatados, mediante la exaltación de la igualdad, una golosina que a todos gusta, pues es el homenaje que la democracia rinde a la envidia. 
Esta utilización espuria de la igualdad como «camino hacia la esclavitud» o coartada para la masificación y uniformización de los pueblos ya fue vislumbrada por Tocqueville en La democracia en América: «Todo poder central que sigue sus instintos naturales ama la igualdad y la favorece; pues la igualdad facilita singularmente la acción de semejante poder, lo extiende y lo asegura (...) Se puede decir, igualmente, que todo poder central adora la uniformidad, pues la uniformidad le ahorra el examen de una infinidad de detalles de los que debería ocuparse si hiciera las reglas para los hombres, en lugar de hacer pasar indistintamente a todos los hombres bajo la misma regla». 
Pero ¿cómo se consigue «hacer pasar indistintamente a todos los hombres bajo una misma regla»? ¿Cómo se alcanza la masificación social, requisito previo para crear el hombre nuevo democrático? Trataremos de explicarlo en un artículo próximo

domingo, 8 de febrero de 2015

El escándalo del concurso de traslados de médicos de familia en Madrid.


Cuando todavía colea el escándalo por las preguntas realizadas en el examen de OPE para selección de médicos de familia en la Comunidad de Madrid, preguntas aberrantes y de temas ajenos a la Medicina: como sobre programas informáticos, etc.
El nuevo concurso de traslados de médicos de familia no podía ser de otra manera, en el actual contexto de desprotección laboral, prosigue la dinámica del maltrato y discriminación respecto a otros colectivos sanitarios y no sanitarios, y el signo patognomonico de actuación: la ausencia total de responsabilidad por parte de la administración.


Resulta que la documentación certificada de los servicios prestados  -solicitada con un mes de antelación- e imprescindible para concursar, se entrega a los médicos, cuando faltan apenas unas horas para la finalización del plazo, en viernes por la tarde, (los registros de la Consejeria de sanidad cierran los sabados) y por unos cauces, sino ilegales si al menos alégales:
La mayoría lo recibe por correo corporativo en la tarde del viernes, por lo que quienes tuvieran jornada de mañana debieron desplazarse a su centro fuera de su horario laboral, a veces ya cerrado, para recabar tal documentación oficial imprescindible.

Ni que decir, que aquellos compañeros que singularmente se encontraran de baja o cualquier otra circunstancia, o que no se enteraran, se quedaban sin posibilidad de ejercer ese derecho de concursar..
Contrasta todo ello, con la diligencia en entregar tal documentación a otros colectivos como enfermería, auxiliares, etc...  que los tenían más de 10 días antes.

Hechos como estos serian denunciables jurídicamente por vulnerar los derechos de los médicos como trabajadores, pero un signo mas del desprecio, maltrato y discriminación laboral que padece el medico de familia en España, y un retrato hiperrealista del tinglao  parasitario e inoperante, montado en base a la explotación de los médicos de cabecera, en nuestro país.

sábado, 7 de febrero de 2015

La necesidad de creer

Gregorio Marañón dando una conferencia














Precioso simbolismo: de arriba abajo:
Manantial, fuente y cántaro.
El maestro, siendo cauce.., siendo

agua.









Todos necesitamos creer: creer en algo, ya sea mas o menos trascendente.. o de modo mas o menos reconocido. Se trata tal vez, de las mas nitida frontera que separa a los seres humanos de los animales.
La Fe, es sin duda un preciado don, y como tal, conlleva un compromiso personal y social para hacer mundo mas justo y humano, atreviendose para ello a ir contracorriente. 
Quienes la hemos recibido o reforzado a través de nuestros maestros, nos sentimos moralmente obligados a proclamarlo, y para ello nada mejor que con sus propias y luminosas palabras:

El animal solo aspira, desde la oscuridad de su conciencia instintiva, a vivir a reproducirse; en todo caso, de una manera óptima. 
Pero el hombre aspira, además, a la superación de estos fines instintivos; aspira a la posesión de goces que ya no le sirven para vivir ni para reproducirse mejor, sino simplemente para gozar; aspira al dominio de la tierra y de sus habitantes, incluso de los otros hombres; a saber y a crear cosas nuevas, a inventar; y, finalmente, a perfeccionar la condición de los hombres, y en último término, a acercar el alma humana a Dios”.

"Creer es sentir dentro de uno la luz de una verdad indemostrable, ajena a la razón opuesta a ella, quizá, una luz que no ha brotado de nuestra meditación áspera y trabajosa.
Como la chispa que el hombre primitivo hacía saltar del choque rudo de las piedras, sino que vino, como la claridad de los espacios, sin que la esperásemos, ni la llamásemos, desde el manatial remoto de lo sobrehumano, en el que unos descubren y otros presienten la huella de Dios.”
“Cuando el hombre dice “creo”, sabiendo lo que dice, es, en verdad, el rey de todo lo creado. Creer en lo que sea, porque el sentido divino de la fe no está en su objeto, sino
en el hecho de que la fe exista.”
 “El alma del español está impregnada de una religiosidad histórica que aun en aquellos hombres de espíritu más liberado, en apariencia, de la preocupación de la divinidad, no llega a desaparecer, sino que queda reprimida en su subconsciente, corriendo, a veces, por cauces extraños que lo represan y canalizan”.

 La inteligencia y la dignidad de la jerarquía humana exigen, en suma, confiar en Dios, pero no trasladar a Él la responsabilidad de nuestra obra.
Dice el refrán que “A Dios rogando y con el mazo dando”; pero lo cierto es que basta dar con el mazo; porque cuando se hace con gana y se sacan chispas y estruendo sobre el yunque del deber, la oración puede ahorrarse; porque no hay ninguna oración más grata que el trabajo a la Divinidad.


                                                               Gregorio Marañón



lunes, 2 de febrero de 2015

El orgullo de ser Médico de familia



Tal vez sea oportuno reivindicar una vez más, el orgullo de ser Médico de familia.
Y cuando lo hacemos, -como siempre-, no es desde una óptica excluyente o autocomplaciente sino por el contrario, lo es por sentirnos -sin complejos- orgullosos de servir a la sociedad desde una posición singular, tal vez la más cercana y a veces la mas eficaz, para aliviar el sufrimiento humano y por ello de contribuir al bien común.
 Nos sentimos pues, orgullosos de estar a los pies y a la cabecera del paciente: del "hermano sufriente" que diría G. Marañón.

Y es importante recordarlo, porque es precisamente la autoestima profesional lo mas atacado por el poder político -gestor de la sanidad-, como en todas las situaciones de acoso y explotación humana.
Este "bombardeo" a la autoestima profesional y la imagen social de los médicos de familia, se manifiesta de múltiples y variadas formas: a través del denominado Sutling: (asignar tareas por debajo de su cualificacion, degradantes o imposibles de cumplir con los medios y el tiempo disponible), la no valoración de sus meritos académicos, la destrucción de la necesaria jerarquía profesional basada en la responsabilidad, etc,.. y mas simbólicamente, en su sello identificativo de caucho: Todo un conjunto de manifestaciones que conforman la actual situacion de acoso laboral institucional. 

Pero podríamos preguntarnos, como referímos en entrada:
¿Porque la Medicina de familia tiene futuro.. ¿Porque el médico de cabecera siempre será el eje central de la sanidad?

 Basicamente porque pueden tener una visión mas general y profunda del paciente y su entorno, y por ello de su proceso patológico.



Porque el progreso social siempre estará en dirección de una mayor humanización y personalización de la sanidad, por ello es el médico de familia, el que estrategicamente se halla mejor situado para abordar desde una perspectiva  global y a la vez cercana y precisa, al paciente; Pues puede enfocarle en su triple dimensión: personal, familiar y social.., e incluso espiritual, y por tanto con una mayor capacidad de resolución.
   En el plano del diagnostico:  porque sin necesidad de preguntar conoce casi todos los datos de la anamnesis, al saber mejor la historia personal y familiar del paciente, especialmente aquellos datos no registables y que sin embargo suelen ser los mas relevantes para el diagnostico certero .

Y en el plano de los tratamientos:
Porque es el médico de cabecera el que mejor conoce al enfermo y su circunstancia, y por tanto el que mejor puede personalizar los tratamientos, si bien  cada médico posee algunos elementos que singularizan: los que están en los hospitales poseen la tecnología y pruebas inmediatas que ayudan al diagnostico, sin embargo desconocen la historia personal y evolución de los tratamientos puestos en el día a día ( pueden ver la foto pero no la película), lo mismo cabe decir de otros médicos especialistas. 

A este respecto, estas dos entradas resultan mas explicitas:
Se podría decir que los tratamientos a menudo son "trajes a medida" que hay que ajustar, como sastre, por el medico de cabecera, por eso es importante confiar en ellos y revalorizar su labor como verdaderos protagonistas del progreso social, aunque desde una gestión politica ciega e irresponsable de la sanidad, se les asigne amenudo mas como instrumentos administrativos y contables.

 Estas palabras del maestro son especialmente luminosas:

 "Este hombre recto, pacifista que prefiere morir por la paz a conquistar la paz con la guerra, es casi siempre un medico.
El medico, en la guerra, es el único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo, porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano" .


  "Lo que verdaderamente ennoblece el oficio de la Medicina es, en efecto el espíritu artesano".  

“El médico siente junto al goce puro del bien realizado, la caricia ruidosa o callada de la gratitud del enfermo y de sus familiares; y la emoción profunda de recibir, en esa gratitud, una de las formas más sutiles, pero más eficaces de superacion espiritual y social.
El merecer la gratitud de alguien es casi como poseer el espiritu del agradecido”. 

  *Gregorio Marañón