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viernes, 6 de septiembre de 2013

La Medicina y la Enseñanza: el arte de curar y enseñar

Gregorio Marañon, dirigiendose a sus alumnos durante una sesión clinica
Tienen la Medicina y la Enseñanza, unas connotaciones que las hacen comunmente singulares, entre otras:
1- Que siendo ciencia, tambien son arte 
2- Que son fundamentalmente tareas vocacionales, ya que estan impregnadas de un gran componente humanitario. 

Estas palabras del maestro del humanismo médico Gregorio Marañón, nos sirven para iluminar, a este respecto:  

" Pero el ser, en verdad, un gran medico es el amor invariable al que sufre y la generosidad en la prestación de la ciencia, que han de brotar en cada minuto sin esfuerzo, naturalmente, como el agua del manantial...
.. con la idea clavada en el corazón de que trabajamos con instrumentos imperfectos y con medios de utilidad insegura, pero con la conciencia cierta de que hasta donde no puede llegar el saber, llega siempre el amor”     
        
El profesor sabe y enseña. El maestro sabe, enseña y ama...  Y sabe que el amor esta por encima del saber y que solo se aprende de verdad lo que se enseña con amor”. 
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"La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres.
Todo lo que se hace sin vocación, por importante que parezca, se marchita como una flor. Todo lo que se hace con vocación, fructifica para siempre...

Hay que hablar, por eso, incesantemente de la vocación".


"Las vocaciones son de dos categorías: las vocaciones de amor que son unicas, intransferibles y desinteresadas y las vocaciones de querer, que pueden ser múltiples, que cambian de sentido y que son, por nobles que sean, interesadas.
A partir de mi vocación de medico, -una vocación de querer, pero con ribetes muy fuertes de amor- voy a plantear de nuevo este problema trascendental para los jóvenes, para enseñar la vocación a sus hijos” 


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