Ocurrió durante la reciente inauguración de la legislatura en Andalucía,
en la que Teresa Rodríguez, jefa del grupo de Podemos, sufrió un desmayo y fue
inmediatamente atendida por un médico presente: Rafael Segovia, tambien diputado que casualmente era de Vox.
La noticia no sería relevante sino fuera porque se trata
de teóricos enemigos políticos, y su intervención fue especialmente dura
y descalificadora hacia el otro grupo parlamentario de Vox.
Pero lo verdaderamente relevante y trascendente es que el médico no deja de serlo
nunca, y su ética y moral están por encima de cualquier circunstancia.
El hecho de que no se
haya hecho público este hecho, lo da aún más valor moral al acto asi como al propio medico y su grupo politico Vox.
Y es que este suceso, parece corroborar las palabras que un día
escribimos:
"No
existen fronteras para el medico: su pasaporte es universal,
carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad".
Así como estas del maestro G Marañón:
"Este hombre recto, pacifista que
prefiere morir por la paz a conquistar la paz con la guerra, es casi siempre un medico.
.. El medico,
en la guerra, es el
único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo,
porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano".