Gregorio Marañón explorando a un paciente. |
El “ojo clínico” es sin duda, la mejor prueba diagnóstica cuando el médico busca, con entusiasmo, ciencia y generosidad: no tanto porque se vea más, sino porque -reconociendolo o no- siempre va acompañado de la "luz de Otro".
Aunque su papel , hoy en dia, tal vez esté un poco devaluado, seguimos considerando que el denominado "ojo clinico" es basico y primordial en la practica médica y mas aún en la del médico de cabecera.
De ahí la necesidad de cultivarlo y reivindicarlo.
Pero su enemigo público natural, en las consultas medicas de a. primaria en España, sigue siendo: la ausencia de tiempo real para la inspección y anamnesis del paciente (recordemos: menos de 6 minutos para atender a cada paciente).
Estas palabras de nuestro maestro humanista "de cabecera" Gregorio Marañón son especialmente luminosas:
“El mejor médico es el que reune las dos cosas, ciencia y penetración, pero, de flaquear alguna, el éxito será del que posea buen ojo clínico y poca ciencia y no del sabio, pero miope”.
“Mas lo que suelen olvidar los médicos es que el progreso de su ciencia no depende solo de la difícil experimentación, sino también de la simple observación del enfermo, cuando se hace no como una rutina, sino con espíritu científico”.
“El médico debe ser antes que experimentador, naturalista; para serlo, le basta ver con ojos de investigador lo que la naturaleza en forma de dolor le presenta”.
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“La Medicina tiene dos aspectos que la colocan en el rango de las actividades que exigen una vocación de superior categoría, aquella que hemos comparado con el amor, y que por tanto requieren atracción intransferible hacia su objeto, espíritu de sacrificio y aptitudes específicas.
Estos dos aspectos son: su práctica gratuita y entrañable en los pobres (y quizá en los que no lo son), tantas veces comparada con el sacerdote, y su estrecha alianza con la investigación científica pura.”
Del libro La Medicina y nuestro tiempo