sábado, 9 de mayo de 2015

La vocación medica: qué es y para qué es


Cuando hablamos de vocación, todo el mundo sabe lo que es, por lo que no se suele necesitar definición, dandose por hecho que existe en algunas profesiones como médicos, enfermeras, maestros, sacerdotes o policías.

Pero si nos enfocamos mas en la vocación médica: podríamos definirla como la tendencia natural para ayudar -más allá del deber- a los demás y más singularmente, al enfermo; requiere para ello de preparación, dedicación y responsabilidad.

Si analizamos detalladamente esta definición nos aportaria mas luz:

"tendencia natural": quiere decir que es una predisposición personal y por ello nace interiormente.
"ayudar a los demás y mas singularmente al enfermo"porque no se trata -tanto o solo- de curar, aliviar o consolar al paciente como enfermo, sino también al hermano como necesitado. Es por ello por lo que el médico y mas singularmente el de familia, debe afrontar miles de situaciones y problemas humanos, incluidas labores de consejero matrimonial o familiar.

"mas allá del deber": es esto lo que singulariza y marca la categoría o "los quilates" de la verdadera vocación, pues se trata de generosidad o si se quiere mas bellamente expresado: simple y llanamente, amor.
Como dice  G. Marañon:
La vocación genuina, pudiéramos decir ideal, es algo muy parecido al amor: Es -ha dicho Pierre Ternier- una “pasión de amor”.
 
"Requiere para ello de preparación, dedicación y responsabilidad" : Lo cierto es que si no, seriamos simples curanderos o puros chamanes.

Así pues la vocación podriamos afirmar, que se puede cultivar, hacer crecer o también como las plantas, se puede marchitar. 
Si bien la vocación médica tal vez tenga la singularidad -como las dinamos- de retroalimentarse con el ejercicio o movimiento.

Como siempre, nos iluminamos con las palabras de nuestros maestros, en este caso de G. Marañón :
 “La vocación mueve a la eficacia verdadera de los hombres. Todo lo que se hace sin vocación, por importante que parezca, se marchita como una flor. Todo lo que se hace con vocación, fructifica para siempre. Hay que hablar, por eso, incesantemente de la vocación.
 

Las vocaciones son de dos categorías: las vocaciones de amor que son únicas, intransferibles y desinteresadas y las vocaciones de querer, que pueden ser múltiples, que cambian de sentido y que son, por nobles que sean, interesadas.
A partir de mi vocación de médico -una vocación de querer, pero con ribetes muy fuertes de amor-
voy a plantear de nuevo este problema trascendental para los jóvenes, para enseñar la vocación a sus hijos”.

                                                                               Del libro "Vocación y ética" G. Marañón
 ¿Que es la clínica? 
 El juicio clínico se compone de tres factores: intuición, empleo de los métodos científicos auxiliares, y rigurosa moralidad. Si me preguntaran la categoría de estos tres factores, diría que el principal es el tercero, y el ultimo el segundo.
¿ Cuales son las condiciones o aptitudes que debe poseer y cultivar el clínico?
 La vocación y el estudio, como cualidades positivas; la modestia, la ausencia de pedantería, como cualidades negativas.

martes, 5 de mayo de 2015

Los 3 puntos clave que impiden la solución de los problemas de la Medicina de Familia

 
Viendo este vídeo para autoconsumo, podriamos pensar que nos hallamos en un mundo  idílico y bucólico en el cual la Medicina de Familia resulta la mas fecunda y atrayente especialidad medica, pero a muchos nos recuerda nuevamente el famoso "día de la marmota" de la `película " Atrapado en el tiempo", pues por desgracia la realidad diaria nos sitúa de nuevo, con los pies en la tierra.
Y es que, seguimos considerando que lo que impide la solución de los problemas de la Medicina de familia en España, se podria resumir en tres puntos claves interrelacionados:
    1- El error
    2- El temor
y  3- El desaliento 

1- El error, porque se continua sin abordar el tratamiento etiológico del problema y se persiste con tratamientos sintomáticos, como en este caso del video propagandistico: en el que se trata la autoestima del medico de familia pero no se abordan las causas ultimas de su ausencia o deterioro: La denuncia de una situación laboral insostenible de acoso laboral institucional que padece el medico de atención primaria y que revierte en el paciente como un problema grave de salud publica
Es como a la mujer maltratada, a la que se pone como solución aumentar su autoestima, mediante un cambio de imagen y yoga para relajarse, mientras ha de volver con su pareja para ser nuevamente maltratada, sin denunciar su situación.

2- El temor o miedo al poder político gestor de la sanidad, por parte de todos los estamentos teoricamente representativos, tanto a nivel profesional, laboral así como también a nivel personal.
Recordemos la amenaza latente por parte del poder político de eliminar por decretazo, los colegios profesionales y con ello su financiación y mantenimiento; Así como tambien el regimen laboral de los sindicatos. Y  a nivel personal: por lo que puede suponer de no renovación de contratos, significación o represalias,  etc.

Temor incluso a decir en voz alta, lo que todos sabemos -sin menosprecio de otros profesionales-: que hoy en día, la situación laboral de los médicos de familia en los Centros de salud, es insostenible y prácticamente inviable a partir de 60 años y hacia los mas jovenes, debido a su sobreexplotacion laboral, mientras que para otros profesionales resulta un paraíso laboral, hasta el punto de ser el destino dorado para su jubilación.

 Y 3- El desaliento y la falta de perseverancia
Basta recordar algunas heroicas y esperanzadoras iniciativas surgidas desde dentro de la profesión: como Plataforma diez minutos, Grupo antiburocracia de Madrid, otros videos como "seis minutos", sloganes, etc, algunas de gran calado pero de corto recorrido.
Y es que tal vez la propia dinamica profesional diaria de desgaste personal diluye la energía necesaria para ir contracorriente

Es curioso, pero el secreto mejor guardado publicamente en España -además del de la formula de la Coca Cola-, sigue siendo el tiempo disponible para atender a cada paciente en las consultas medicas de a. primaria, que es es de menos de 6 minutos, lo que supone de hecho un atentado contra la dignidad humana ademas de un peligro para la salud publica y más teniendo en cuenta que en ese escaso tiempo se deben manejar farragosos sistemas informaticos que conllevan mas de 3 veces ese tiempo, burocracia y otras labores extramedicas, etc.. lo que impide de hecho poder mirar a los ojos del paciente y la propia labor clinica y asistencial.

Desgraciadamente debemos reconocer -no sin dolor- que hemos perdido la esperanza de una respuesta por parte de nuestro colectivo médico, pero si creemos e intuimos que esta puede llegar desde fuera, una vez conocido públicamente el problema real de la atencion primaria en España: ya sea por parte de sindicatos ajenos a la misma, tipo "Manos limpias", o mas probablemente a traves de organizaciones de defensa de los pacientes.

Como siempre, nos arropamos con las palabras del maestro G. Marañón:

Yo respeto la Medicina, porque la amo, y es el amor la fuente suprema del culto, en lo humano como en lo divino.
Pero el amor es también, o debe ser también critica......
Solo cuando desmenuzamos en el objeto amado cuanto tiene de deleznable, acertamos a encontrar, allá en el fondo, lo que tiene de imperecedero"
 

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 “Tal vez ahora aprendamos que la precaria felicidad de este mundo no se compra con otra moneda que la comprensión:   De la comprensión, que a veces es dolor, es de donde brota, y no de otra fuente, la perfección.
Acaso esté cerca el día en que, tras esta lección de ascetismo forzado y merecido, España ya no sea el país que hace a los hombres y los deshace, sino el que los hace y los mantiene... Y es eso todo lo que España necesita”.

domingo, 26 de abril de 2015

La importancia de la mujer en Medicina. ¿Porque hay mas médicas que médicos?



Partiendo de la base, de que cuando hablamos de seres humanos, no existen las palabras "superior o  inferior";  Y de que la complementariedad, casi siempre es buena en cualquier actividad humana.

Si analizamos el papel de la mujer en la sanidad, hoy en día, coincidiremos en admitir -sin criterio excluyente- que  la mujer -por el solo hecho de serlo- posee una mayor aptitud para el ejercicio de la Medicina -al igual que para Enfemeriay tal vez mas específicamente para la de médico de Familia.
Y lo hacemos sin caer en tópicos machistas ni "feminismos de salón", tan de moda en la actualidad.
Hay que recordar que hace tan solo 3 generaciones "anteayer": la mujer "no tenia alma" y no eran consideradas personas, como "ayer" tampoco lo eran los judíos y los negros , y "hoy"  tampoco lo son: los niños cuando están dentro de su madre.

Es por ello, por lo que, en situación de igualdad de oportunidades, existe un mayor porcentaje de mujeres  médicos y sobre todo estudiantes de Medicina, al contrario de lo que ocurría hace tan solo 50 años, en que eran mas del 95 por ciento, hombres.
Por eso tienen más valor, las palabras predicativas de Gregorio Marañon:
 "Es indudable que la Medicina, sobre todo en varias especialidades, es uno de los mas aptos carriles para la actividad específicamente femenina" (1928)

Tal vez la raíz mas profunda de esta aptitud y actitud de la mujer, se halla prendida a su instinto maternal y las huellas antropológicas, sociales, culturales y genéticas que este deja en el ser humano.

Y es que cabe recordar, que la calidad y calidez de la relación madre-hijo de amor incondicional, no es igualable a ninguna otra, y está especialmente marcada en los nueve meses en que viven ambos juntos compartiendo la misma sangre y hasta la mas leve onda de sus emociones.
 Es por eso por lo que la mujer siempre estará embestida por el manto protector invisible natural o sobrenatural de la maternidad, y el paciente enfermo -siempre en situación de vulnerabilidad-, por la del hijo. 

 Estas hermosas y profundas palabras de Gregorio Marañón, hablan por si solas:


 “El que haya estado alguna vez gravemente enfermo, o el que haya visto de cerca a los que lo están, sabe bien el mágico poder de consuelo vital que con su sola presencia la mujer ejercita.

Muchas veces, en el cuarto de alguno que iba a morir, he sentido noblemente humillada mi ciencia de curar y mi energía de hombre ante la magia prodigiosa del simple rumor de una falda que iba y venía.
Ningún remedio de los nuestros, pobres médicos, tiene el poder maravilloso de una mano de mujer que se posa sobre la frente dolorida. 
 En ese trance, la ciencia desaparece, y es en la mujer donde se apoya la angustia del que va internándose en la soledad sin orillas del más allá.”
                                                                                             Del libro "Vida e Historia!  Madrid, 1943.


jueves, 16 de abril de 2015

La no-prescripción de antibióticos, como signo de buena praxis

 
Una de las desviaciones más comunes en Medicina y mas significativamente en la atención primaria, tal vez sea caer en el dogmatismo profesional, manifestado en diferentes modalidades y direcciones.

Y una de las más frecuentes es la "reacción pendular" manifestada en forma de resistencia "manía o fobia" a prescribir antibióticos ante la mayor parte de los procesos infecciosos, achacando supuestamente su etiología solo a procesos vírales, inflamatorios o alérgicos; y excluyendo la etiología bacteriana aunque pudieran acompañarse de signos externos sugerentes.
Todo ello basado en la anamnesis y exploración general que "dan de si" los menos de 6 minutos por paciente, que se dispone en las consultas medicas de atencion primaria.

Al final se acaba recurriendo al popular "dúo sacapuntas": de ibuprofeno y paracetamol, (que ahora descubre la tele que no son tan "chupis"). O a los "cócteles" de codeína o dextrometorfano en forma de "cubatas" (en jarabes con excipientes alcohólicos), con tan desastrosos efectos secundarios en pacientes polimedicados o niños.

Este dogmatismo anti-antibiótico parece estar de moda, hasta el punto de asociarse a la buena praxis medica, además de ser estimulado a veces con las monedas de plata que ofrecen los gestores políticos sanitarios; Y surge como reacción a un uso desmesurado y descontrolado de antibióticos, por ello resulta más frecuente que el inverso: el que tiende a prescribirlos por cualquier proceso febril o banal, descalificadose como "medicina complaciente, irresponsable o defensiva".

Aunque ambas tendencias, con flexibilidad y sin dogmatismo, resultarían razonables pues se evitan resistencias, se previenen complicaciones, etc.

Lo cierto es que debemos admitir que: mientras la Medicina sea una ciencia inexacta -como siempre lo fue y lo será-  y por ello insegura: el dogmatismo siempre será tambien el atajo más fácil y accesible para afrontar la práctica médica, pues libera de la incertidumbre y relaja de la responsabilidad; Pero también resulta el mas peligroso pues priva al acto medico de su esencia mas necesaria: el trato humano y singular del paciente.

Y es que, este trato humano -además de la correcta y persistente preparación a través del estudio-, es el mejor antídoto y más eficaz complemento para afrontar con seguridad y confianza la práctica de la Medicina.

La experiencia profesional nos ha permitido ver o saber de casos expresivos: como algunos procesos aparentemente banales, catalogados empecinadamente como simples procesos víricos, que resultaron dramáticamente graves y que posiblemente no hubieran ocurrido de haberse instaurado tratamiento antibiótico en el momento adecuado.
 Como  meningitis neumococicas cuyo proceso inicial o evolutivo pudo pasar por catarro u otitis;  Septicemias fulminantes secundarias a pequeños abscesos, en pacientes diabéticos o especialmente vulnerables.
O niños con aparentes  rinitis o alergias cronicas tratados perennemente con antihistaminicos pero con posibles sinusitis o bronquitis de fondo etiologico, y resueltos eficazmente con tratamiento antibiótico.

Pero para poder tomar decisiones terapeuticas con una mayor capacidad de acierto es preciso una correcta anamnesis y exploración física, lo que a su vez requiere de un factor esencial y por desgracia ausente hoy en día, en las consultas de atención primaria en nuestro país: el tiempo. (recordemos menos de 6 minutos por paciente, incluidos niños).

Desde esta pequeña ventana -aun a riesgo de ser estigmatizados o excluidos-  y siguiendo la "técnica del disco rayado", continuaremos clamando que la reivindicación numero uno de los médicos de familia en España debe ser: exigir  un tiempo digno para atender a los pacientes, aunque para lograrlo sea necesario el auxilio de la Ley.

 Nos iluminamos una vez mas, con el candil de G. Marañón:

 “Todas las lacras de nuestra Medicina pueden reunirse en las dos grandes manifestaciones
del dogmatismo
:

 Una, práctica, el profesionalismo, y otra, teórica, el cienticifismo..
Consiste el profesionalismo en el intento, deliberado o no, de convertir en lucrativa,
en fuente de riqueza una profesión que, aunque legítimamente remunerada,
debe siempre tener sobre su escudo el penacho del altruísmo..
 
Por cientificismo se entiende, en el caso mejor, la fe excesiva en todo lo que
viene de la ciencia; y, en el caso peor, se llama así al manejo intencionado de todo
lo que no lo es, para pasar por hombre de ciencia y aprovechar indebidamente la
prerrogativa que este título supone ante la gente vulgar”.

lunes, 6 de abril de 2015

La impúdica indiferencia ante los crueles asesinatos de cristianos


Asesinato de 147 jóvenes estudiantes cristianos

No cabe expresar en palabras, la indignación, repugnancia e impotencia que produce contemplar la impúdica indiferencia mundial ante la exhibición de máxima crueldad humana,  y que se hace habitual fundamentalmente con el asesinato de cientos de miles de cristianos en todo el mundo y también de otras personas. 

Ello contrasta con la reacción mundial inmediata y generalizada, cuando las victimas son del "primer mundo" y no llevan apelativo de cristianos, incluyendose campañas de "je suis... " y manifestaciones en las calles con la presencia de líderes mundiales. 

Nadie puede expresar más y mejor, esta impúdica indiferencia,como los profesionales de la palabra, exploradores de Verdad.  En este caso exponemos la de nuestro admirado  Juan Manuel de Prada:
Y es que, como bien dice, lo peor de toda esta exhibición de infinita crueldad humana, seria tambien reducirlo y enfocarlo ciega y simplistamente, como "un problema entre religiones".

Exponemos algunas frases del artículo: "La equidistancia" que nos parecen especialmente clarificadoras  (y mas abajo el articulo entero.)

"...  Aquellos que  ilusamente, piensan que las religiones –así, en plural– son una calamidad que debe repudiarse, puesto que impiden el advenimiento de las luces de gas de la Señora Razón, y el disfrute opíparo de la Señorita Democracia, su hijita licenciosa y cachonduela...

..  Nótese, por lo demás, que los yihadistas, que saben muy bien que el Nuevo Orden Mundial es anticrístico, no dirigen sus ataques contra sus organismos y gerifaltes, sino contra cristianos. 
No entran con sus ametralladoras en el gimnasio de tal mandamás de la ONU, o en la peluquería de tal mandamasa del Fondo Monetario Internacional, sino en templos católicos u ortodoxos, o en universidades donde saben que estudian cristianos (y, antes de matarlos, se aseguran de que lo sean). 
Con esto vuelve a demostrarse que la vesania yihadista y la «equidistancia» occidental tienen una estrategia y un enemigo común" .... 

Articulo entero (en abc.es):  "La equidistancia"   

JUAN MANUEL DE PRADA
A nadie habrá pasado inadvertido que la reciente matanza en la universidad de Garissa, en Kenia, no ha provocado los mismos plañidos entre los mandatarios occidentales que, por ejemplo, el asesinato de los caricaturistas de Charlie Hebdo; tampoco ha desatado el fervorín de proclamas y manifiestos a que los intelectuales pelmazos de izquierdas y derechas nos tienen acostumbrados; y ni siquiera se han montado manifestaciones multitudinarias con cartelería solidaria («Je suis Patatín o Patatán»), para que las masas cretinizadas puedan echar la lagrimilla y volver a sus casas orgullosísimas de haberse conocido. Es probable, en cambio, que a algunos les haya pasado inadvertido que, al mismo tiempo que los jóvenes cristianos keniatas eran masacrados, el metro de París exigía la retirada de unos carteles en los que se anunciaba el concierto de unos curas canoros; y no se hacía por aversión a esa plaga pestífera de los curas canoros, sino porque, según se especificaba en los carteles, la recaudación del concierto se destinaría a «los cristianos de Oriente». Para justificar la remoción de los carteles, el metro de París alegó que infringían la «laicidad», excusa en verdad demente, pues darle dinero a quien lo necesita no significa hacer profesión de fe ni proselitismo. Lo que en verdad querían decir estos bellacos es que los carteles de marras estaban infringiendo la «equidistancia», que es donde está la madre del cordero.
Lo que hicieron esos bellacos mierdosos del metro de París lo vemos, bajo expresiones menos diarreicas o más disimuladas, en cualquier lugar de Occidente, incluida nuestra España putrefacta; sólo que los franceses, que acaban de recibir el mazazo hebdomadario, están todavía más cagaditos que el resto, y en su afán por hacer postureo equidistante, exageran la nota hasta la abyección. Pero la enfermedad de la equidistancia es el fantasma que recorre todo el Occidente neopagano: lo padecen sus politiquillos, pobres monigotes al servicio de un Nuevo Orden Mundial que tiene claro (y lo ha tenido siempre) que el verdadero enemigo es el cristianismo, cuya derrota debe alcanzarse a través de todos los medios, incluido el aprovechamiento del terror islámico, que puede empujar a muchos a la apostasía por miedo; y lo padecen también sus masas cretinizadas, esas turbas de paganos (en el doble sentido de la palabra: porque han dejado de creer en Dios y porque son tan sólo rebaños de pulgones a los que el Nuevo Orden Mundial ordeña por vía tributaria, para que financien sus usuras) que, ilusamente, piensan que las religiones –así, en plural– son una calamidad que debe repudiarse, puesto que impiden el advenimiento de las luces de gas de la Señora Razón, y el disfrute opíparo de la Señorita Democracia, su hijita licenciosa y cachonduela.
Nótese, por lo demás, que los yihadistas, que saben muy bien que el Nuevo Orden Mundial es anticrístico, no dirigen sus ataques contra sus organismos y gerifaltes, sino contra cristianos. No entran con sus ametralladoras en el gimnasio de tal mandamás de la ONU, o en la peluquería de tal mandamasa del Fondo Monetario Internacional, sino en templos católicos u ortodoxos, o en universidades donde saben que estudian cristianos (y, antes de matarlos, se aseguran de que lo sean). Con esto vuelve a demostrarse que la vesania yihadista y la «equidistancia» occidental tienen una estrategia y un enemigo común. Y que a ambas las guía la misma luz, aquella luz –en palabras de Chesterton– «que nunca se ha extinguido, un fuego blanco que se aferra como una fosforescencia extraterrenal, haciendo brillar su rastro por todos los crepúsculos de la historia: es el halo del odio alrededor de la Iglesia de Cristo».