El placer de curar, en
el médico, casi siempre va asociado al orgullo de servir (algo casi extinguido en estos tiempos
y en otras profesiones), y es ahí, posiblemente donde nace la raíz mas profunda
del prestigio social del médico.
Lo explica mejor nuestro
maestro Gregorio Marañón, con estas bellas palabras, que deben ser bien interpretadas:
”Yo
tengo la certeza, después de haber pensado mucho en ello y de haber recogido
muchos datos en mi vida profesional, que el estímulo más importante que nos ha
llevado, casi adolescentes, a la Facultad de Medicina es, y esto, parece una
perogrullada, el impulso de curar al prójimo, de aliviar sus dolores y
eventualmente arrancarle de la muerte”.
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“El médico sabe mejor que nadie lo que hay de casual y de
inexplicable en el arte de curar; pero, sea como sea, como resultado de
nuestro saber o como don de un venturoso azar, la curación lograda es una
semidivina alegría que nos compensa de todo lo demás”.
“El médico siente junto al goce puro del bien realizado, la caricia ruidosa
o callada de la gratitud del enfermo y de sus familiares; y la emoción profunda
de recibir, en esa gratitud, una de las formas más sutiles, pero más
eficaces de superar espiritual y socialmente a otros seres humanos.
El merecer la gratitud de alguien es casi como poseer el espíritu del
agradecido”.
jueves, 13 de marzo de 2014
martes, 11 de marzo de 2014
La importancia de admitir los errores
Siempre es un ejercício de humildad y hasta sabiduría, admitir y asumir los errores, lo que nos puede hacer mas tolerantes y humanos.
A este respecto, estas palabras del maestro G Marañón, lo dicen todo:
A este respecto, estas palabras del maestro G Marañón, lo dicen todo:
“Errar, verbo simbólico que significa al mismo tiempo vagar y equivocarse: los dos grandes maestros de la vida.
Haber errado mucho y no tener intención de engañarnos. No hace falta más”.
Haber errado mucho y no tener intención de engañarnos. No hace falta más”.
“Porque las obras imperecederas no se hacen solo con virtudes, sino también con defectos:
Decidme una sola grande empresa humana en la que la dureza, la arbitrariedad, la vanagloria y el orgullo no hayan servido de nervio a las virtudes teologales para engendrar la inmortal creación”.
Decidme una sola grande empresa humana en la que la dureza, la arbitrariedad, la vanagloria y el orgullo no hayan servido de nervio a las virtudes teologales para engendrar la inmortal creación”.
Es frecuente ver en los grandes creadores, errores en su
escritura: palabras tachadas e ilegibles, flechas que las unen entre líneas, cambios de
dirección, etc.
Es, porque el camino empedrado de la creación -que es el de la Verdad- está forjado con rocas, algunas que se han de pulir, otras saltar, y aun hay otras piedrecillas que se meten a veces en el zapato y molestan al “caminar”.
Y también existen las que son lanzadas con el “tirachinas” de la envidia o con la “honda” del resentimiento, pueden ser éstas las más dolorosas por venir de la mano del hermano ciego o tal vez cojo.
Pero son “rozaduras”, quizás a la larga estimulantes, pues no llegan nunca al corazón y cicatrizan al instante cuando éste se halla revestido de “la generosidad”, que no es sino “el acorazado manto de Dios”.
jueves, 6 de marzo de 2014
La poesia y el humor, su efecto saludable
Después de varias entradas que podríamos catalogar de alto voltaje, creemos necesario y hasta saludable hacer una toma a tierra, y para ello nada mejor que recurrir a la poesía... o a su primo hermano del pueblo: el humor.
En este caso, de la mano de estos dos genios del humor hispano y universal: Cruz y raya.
Una toma, sobre "poesia" :
ll
Y la otra, sobre "sociologia" :
ll
En este caso, de la mano de estos dos genios del humor hispano y universal: Cruz y raya.
Una toma, sobre "poesia" :
ll
Y la otra, sobre "sociologia" :
ll
martes, 4 de marzo de 2014
Ser médico de a. primaria en España, como "factor de riesgo"
Lo hemos dicho muchas veces y todos lo sabemos: ser médico de atención primaria en España -en la actuales condiciones laborales- es un factor de alto riesgo, desde el punto de vista de la salud laboral.
Y la realidad parece que nos lo recuerda a veces -como alarma- para indicarnos que "algo tenemos que hacer".
Como el caso que vimos, días pasados, en nuestra consulta:
Paciente, varón de 46 años que había presentado días antes, un cuadro de cardiopatía isquémica: infarto agudo de miocardio, lo que requirió ingreso hospitalario urgente y tratamiento con angioplastia, etc.
Antecedentes personales, aparentemente sin interés: padre de familia con tres
hijos, normotenso, análitica general normal, no fumador, no obesidad, no sedentarismo
y ningún factor de riesgo conocido... excepto "que es médico de atención primaria en un centro de salud de
Madrid" y atiende a más de 40 o 50 pacientes diarios, en las condiciones infrahumanas
que todos conocemos.
Afortunadamente, en este caso, "pudo contarlo" pues fue posible diagnosticarle y trasladarle a tiempo, y había un hospital
muy cercano a su domicilio.
No fue así en el caso de otros compañeros, como el de un querido amigo que murió asimismo de un infarto de miocardio, en su domicilio, recién llegado de su trabajo después de
atender a mas de 60 pacientes y recorrer 90 Km.
A pesar de que durante su jornada laboral ya se quejó
de dolor en el pecho y así se lo refirió al compañero enfermero, y este asímismo lo
testificó, no se obtuvo ningún reconocimiento oficial.
Como teoricamente ocurrió después de la jornada laboral, y además era suplente, no obtuvo ninguna protección social para su familia, dejando viuda y tres hijas (la menor entonces de
2 años).
Son múltiples los casos de patologías limitantes, invalidantes o mortales (ictus, infartos, etc, incluidos accidentes de trafico) que ocurren durante o después de inhumanas y deshumanas jornadas de explotación laboral, y con una clara relación causa-efecto.
Y nos obliga a reflexionar, en que sociedad vivimos: en la que para poder servir a los demás, como médico -después de mas de 10 años de formación- necesariamente ha de llevar una condena política de sobreexplotación laboral y una amenaza latente de muerte, invalidez y desprotección social de las familias.
sábado, 1 de marzo de 2014
El prestigio universal de "ser médico"
Se lo decimos a menudo a los jóvenes estudiantes de Medicina que acuden, en prácticas, a
nuestra consulta: "Una de
las cosas más gratificantes que podemos sentir,
tanto a nivel profesional como personal, es
constatar y vivir en primera persona,
el prestigio social de “ser médico”
Se trata de un prestigio general que se puede vivir en cualquier lugar o circunstancia,
y no es artificial ni espúreo como el de la fama o el dinero, sino que es
de naturaleza mas profunda y universal, tal vez porque deviene fundamentalmente de la raíz misma
de la profesión: que es la generosidad y
la vocación de servicio.
Y ello, a pesar de los errores de una ciencia que es, y será siempre,
inexacta, y las cargas de profundidad autolíticas de aquellos compañeros que caen seducidos por intereses económicos y comerciales, o abducidos por ideologías
políticas que justifican atentados contra la dignidad humana.
un enlace
Y es que, como ya dijimos: "No
existen fronteras para el medico: su pasaporte es universal,
carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad".
O como nos dijo nuestro maestro Gregorio Marañón:
"Este hombre recto, pacifista que
prefiere morir por la paz a conquistar la paz con la guerra, es casi siempre un medico.
.. El medico,
en la guerra, es el
único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo,
porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano".
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